La proyección para 2016 se acerca al 40 por ciento
Inflación del 6,5 por ciento en diciembre y 31,6 de acumulado anual
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La inflación de diciembre fue del 6,5 por ciento, con un acumulado anual para 2015 del 31,6 por ciento. Los datos fueron suministrados por la Dirección de Estadísticas y Censos de San Luis, el índice recomendado por el gobierno nacional mientras el Indec continúa en silencio. Los rubros que registraron los mayores aumentos fueron la carne (22 por ciento), panificados (7,7), salud (7,6) y ropa (6,8). Son los porcentajes más altos desde 2002, cuando se estaba en plena crisis por la explosión del “corralito” y la convertibilidad, y anuncian un acumulado para 2016 que puede aproximarse al 40 por ciento.
Estos porcentajes destruyeron en pocas horas las previsiones de una inflación del 20 ó 25 por ciento para 2016, anunciadas por Mauricio Macri en Davos.
La inflación ya se había acelerado en el último tramo del gobierno kirchnerista y se disparó por las primeras medidas del ministro Alfonso Prat Gay: la devaluación monetaria del 40 por ciento y la eliminación de retenciones a las exportaciones de trigo, maíz y derivados, además de las carnes, y la reducción de cinco puntos porcentuales en las del complejo sojero. La eliminación y/o reducción de retenciones a las exportaciones agrícolas impacta directamente en los precios internos, puesto que los productores equiparan el precio local con el que reciben por exportar.
La inflación elevadísima se combina con el efecto recesivo del aumento de las tasas de interés. Se trata, como indicó la última edición impresa de Prensa Obrera (“A Davos, con despidos y represión”, PO 1.397), de la política que ya fracasó en 2014 cuando intentó aplicarla el ex ministro Axel Kicillof. Es decir, corren el riesgo evidente de que la devaluación quede anulada por la inflación. El gobierno necesita una devaluación superior al índice inflacionario y, sobre todo, que los salarios aumenten por debajo de la inflación y más por debajo aún de la devaluación, de modo de bajar su costo en dólares. He ahí el compromiso que Macri y Sergio Massa llevaron a Davos para conseguir nuevos préstamos, y el que antes de las elecciones había manifestado Juan Manuel Urtubey, por cuenta de Daniel Scioli, en el Council of the Americas. Sobre ese compromiso, Macri espera que le acepten la emisión de los bonos que llevarán la deuda argentina por encima de los 300 mil millones de dólares, eso siempre que se logre un acuerdo con los buitres en los términos del juez Griesa.
Ese 40 por ciento previsto para la inflación de este año debe ser el piso de las discusiones paritarias. Pero, además, como las necesidades de los trabajadores no pueden esperar, es necesario exigir el pago de un bono inmediato, que se convoque ya mismo a paritarias y se otorguen aumentos de emergencia. Contra el inmovilismo y la complicidad de la burocracia sindical de todos los pelajes -incluida la kirchnerista o ex kirchnerista- resulta indispensable impulsar la convocatoria a asambleas en todos los lugares de trabajo. En esa línea, el Frente de Izquierda tiene un papel a jugar de primer orden, y no marchar a la cola de los restos del kirchnerismo.