Políticas

13/11/2003|825

La rebelión baja desde Salta

Este no iba a ser el artículo de tapa de esta edición de Prensa Obrera.


El que ya se encontraba compaginado estaba referido al anuncio fraudulento de un aumento de salarios y jubilaciones que hiciera el gobierno.


Pero cerca de las nueve de la noche del miércoles 12, cuando el acto de cierre de la campaña electoral del Partido Obrero de Salta aun estaba en desarrollo, me dí cuenta que estaba asistiendo a un acontecimiento muy importante para la clase obrera.


Una multitud que podía aproximarse a las dos mil personas configuraba un cuadro imponente para la ciudad capital de la provincia, cuyo alcance político no se le escapaba a nadie.


No se le escapó a la propia multitud, que de entrada se apropió del acto improvisando un baile popular delante de la tribuna.


Durante el desarrollo del mitin, los aplausos masivos y las manifestaciones más ruidosas acompañaban los planteos más avanzados y más revolucionarios de los oradores.


En los días previos había percibido en la ciudad que la gente reivindicaba el voto al Partido Obrero como una expresión de coincidencias populares y de despertar político, es decir de una rebelión popular con una conciencia definida.


Me fui enterando que, al paso de la campaña del PO, comenzaban a organizarse los obreros rurales, como en los tabacales del Valle.


Que en Oran participan de las reuniones de fiscales más de doscientas personas.


Que en Campo Santo (cuatro mil votantes), una caravana de más de cien compañeros conmovió la localidad.


Que en Moldes (tres mil votantes), doscientos compañeros participaron del acto del nuestro partido.


Que en UTA y en Municipales se desarrollan con todo vigor agrupaciones clasistas.


Que en la Universidad el PO acaba de obtener nada menos que un 30% de los votos en Exactas.


En el acto estaban presentes todos los barrios en los que se libra una lucha por la expropiación de los terrenos a favor de los trabajadores que allí residen.


Es casi seguro que, en la ciudad de Salta, tendremos un fiscal por mesa.


En la Legislatura, dos colegios secundarios se negaron a iniciar una sesión legislativa protagonizada por estudiantes hasta que no llegara Pablo López, el diputado del PO.


Para las elecciones del próximo domingo vamos en 20 municipios.


En Salta, la pudrición del gobierno de Romero y el agotamiento de las expectativas en Kirchner se siente por todos los poros.


Cuando me tocó cerrar el acto, saqué las conclusiones que entendí que se imponían: que el voto por el Partido Obrero sería la manifestación de una rebelión popular de características aún más avanzadas.


Que el pueblo siente que está encontrando una coincidencia para actuar.


Claudio del Pla había dicho que allí donde se registraban progresos en la campaña electoral se manifestaba al mismo tiempo una tendencia a la movilización y a la rebeldía.


Es decir que donde la rebeldía anida ya en potencia, crece la tendencia al voto al PO.


Desde la tribuna convocamos al pueblo a interpretar la votación que se espera para el PO como un llamado a la organización y a la acción.


Se va diseñando una nueva etapa política, cuya fecundidad depende, por sobre todas las cosas, de un programa y de una dirección.


12 de noviembre, Salta, Jorge Altamira