Políticas

4/8/2008|893

La “reforma previsional” del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos


“Después del canje de deuda, la reforma previsional.” Esto es lo que plantea en su último número el Centro de Estudios Financieros del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (Cefim). La propuesta no solamente reitera el apoyo de esta organización controlada por el Partido Comunista a la renegociación usuraria de la deuda externa por parte de Lavagna y al salvataje que ella significó para el negocio en las AFJP. El IMFC se despacha, además, con un planteo reaccionario, perjudicial para los trabajadores, en particular para los docentes.


 


La propuesta, firmada por Eduardo Kanevsky (gerente general de la AFJP Previsol, que preside Carlos Heller, afín a IU y al Encuentro de Rosario), tiene los siguientes ejes:


 


Asegura, sin hacer mayores esclarecimientos, que “el actual sistema previsional, que combina un régimen de reparto con uno de capitalización, parece el más adecuado a las características presentes de la actividad laboral en la Argentina (alta informalidad, mucha evasión impositiva y previsional, salarios 'en negro', etc.) (…) aun cuando –añade– sería importante introducirle cambios que le impriman más solidaridad, equidad, y aumenten la proporción de trabajadores cubiertos”. El informe quiere emparchar, con el cuento de la solidaridad, el régimen jubilatorio actual, que se ha revelado un fracaso y una estafa contra los trabajadores. Justamente, la alta informalidad, la desocupación y los salarios 'en negro' tornan completamente inviable la jubilación privada, que se basa en el desconocimiento previsional de todos esos fraudes laborales capitalistas.


 


Kanevsky se enoja porque los aportes de los trabajadores a las AFJP se redujeron del 11% al 7%. Por eso “sostenemos –dice– que a la brevedad se deben introducir cambios que recojan las opiniones críticas más urgentes que se han escuchado todos estos años…”, o sea subir el aporte al 11%. En lugar de que la jubilación sea financiada exclusivamente por el aporte patronal, Kanevsky quiere reducir aún más el salario presente de los trabajadores.


 


Más enojado se pone Kanevsky con los docentes. “La nueva y trascendente modificación del régimen jubilatorio de los docentes marca un camino de apresuramiento legislativo y falta de discusión pública acerca del tema, aun cuando el reclamo del 82% móvil y la reducción de la edad de las jubilaciones de los docentes constituyan reivindicaciones históricas del gremio y que a partir de ahora tienen posibilidades de concretarse.” En lugar de denunciar que el 82% no es móvil, Kanevsky dice que el gobierno se apresuró en reponer el sistema, que nunca estuvo derogado aunque dejó de ser aplicado ilegalmente desde 1994. Kirchner, contra lo que dice el IMFC, repone mutilado un régimen legalmente vigente. Kanevsky arremete contra los docentes porque podrían jubilarse a los 57 años, las mujeres; y a los 60, los hombres, cuando su objetivo, como el de todas las AFJP, es aumentar la edad jubilatoria a 68 años.


 


Aunque Kanevsky advierte que habrá que cuidar el uso de los fondos previsionales “para evitar que se destinen a fines especulativos o superfluos”, a renglón seguido dice que “los fondos, que son de largo plazo, deberán servir, en primer lugar, para refinanciar la enorme deuda pública subsistente”. Aquí está retratado en toda su dimensión el banquero de la corriente que propugna que IU se corra “al centro”: aumentar el descuento jubilatorio a los trabajadores para financiar la compra de bonos del Estado que le permite a éste reciclar la deuda, algo que para Kanevsky no sería ni especulativo ni superfluo.