Políticas

24/3/2007|985

La seguridad área depende de la corrupción oficial


“La estructura aérea argentina está quebrada”, afirmó el presidente Kirchner, mientras que la ministra de Defensa, Nilda Garré garantizaba que el país estaba operando “en condiciones de absoluta normalidad”. Hace meses que se arrastran las demoras en las salidas de los aviones porque no son reparados, faltan repuestos y los pilotos se niegan a salir sin el control y arreglo correspondiente.


 


En septiembre de 2006, el gobierno anunció el traspaso del control aéreo a manos de civiles (al área de De Vido). Siete meses después volvemos a escuchar la misma cantarella.


 


Desde hace 15 años que no se renuevan los radares, que son reparados por técnicos extranjeros y con repuestos importados. El de Ezeiza es un Thompson de 1973 (Clarín, 16/3). En los años ‘90, Menem “adjudicó a un consorcio formado por la norteamericana Northrop y la italiana Alenia un contrato por más de 180 millones de dólares para comprar llave en mano 24 radares civiles y militares” (ídem). En 2003, la Fuerza Aérea encargó un radar civil y la ministra de Defensa Garré encargó tres más. Por otra parte, continúan los estudios para la licitación para comprar cuatro radares militares. Todo indica que los enmascarados De Vido y Jaime están analizando esta “caja”, y en consecuencia si el gobierno o una privada tomaría el Comando Regional.


 


Las direcciones de los sindicatos y sus operadores se preparan para este negociado como lo demuestra la falta de un planteo de nacionalización y de control obrero. Quizá pretendían participar en puntos clave del control aéreo.


 


En este cuadro se ubica la situación de Aerolíneas Argentinas en pleno vaciamiento. Los “nacionalistas” de Apla y Apta estarían planteando, como en el caso del control aéreo, que se haga cargo alguna empresa “argentina” con la participación estatal y por qué no también sindical (¿?). Ya empezamos con Basteiro y quizá se agreguen otros “gordos”.


 


Mientras tanto, circula el ‘mensaje’ que no se puede pedir aumento salarial, hasta ver quién se queda con Aerolíneas. El trabajo sucio por abajo va acompañado de un desmantelamiento de los mandatos de delegados, el posicionamiento de poder en algunas jefaturas, desplazando a jefes cuestionados como en el caso de los técnicos (Apta) en Ezeiza y un abandono por las luchas más elementales de las condiciones de trabajo. Como es el caso de los trabajadores de tráfico y atención al público, en Aeroparque, quienes, sin el apoyo del sindicato (APA), salieron a la lucha. Con sus reivindicaciones, salieron a 48 horas de protesta presentándose en los mostradores vestidos sin el uniforme habitual de la compañía.


 


Organicémonos más con mayor intensidad: elección de delegados en todos los sectores, exigir al sindicato el cumplimiento de las elecciones. Se avecinan grandes luchas y los trabajadores tenemos el deber de prepararnos y estar al frente para superar el bloqueo de la direcciones de cualquier ropaje. Por los derechos gremiales para los controladores de Tránsito Aéreo.


 


Por un paro general de todos los gremios. Que todas las centrales sindicales llamen a la huelga general por la Seguridad Aérea exigiendo la instalación de los radares Ya, controlados por los trabajadores.


 


Hace siete meses dijimos en estas páginas “Ahora bien, el control civil, ¿terminará con la corrupción, con la cadena de responsabilidades, con la cadena de encubrimientos, con la impunidad, con las empresas que coimean para que no se vea ni se diga nada, con la falta de insumos, con los apagones de las pantallas de las líneas de vuelo, con los bajos salarios, con los contratos precarios, con las persecuciones por hacer bien la tarea, con los despidos por reclamos sindicales, con el robo de los repuestos para reventa, con la disminución del personal para abaratar costos y aumentar la rentabilidad de las empresas, con los vaciamientos y los subsidios estatales para salvar al vaciador?; ¿acabará con la costumbre de aprobar los balances de las empresas por presión de la patronal; terminará con las extorsiones, con el subsidio al combustible, acabará con el reclamo de las empresas privadas para que el Estado se haga cargo de las rutas que no dan beneficios?”.


 


Como hace siete meses el planteo sigue vigente. Estamos a tiempo.