Políticas

30/10/2008|1061

La toma de la Villa 20 cumplió dos años

Lo festejamos en el Doca

500 familias conquistaron un terreno para poder vivir con dignidad, después de un gran esfuerzo organizativo, discusiones y mucho trabajo. La toma de la Villa 20 tiene agua de red, electricidad, pasillos y un cuerpo de delegados que interviene en cada problema.

Esta semana coronamos tanto esfuerzo yendo al cine a vernos. No cualquier película sino ¡la que filmó el Ojo Obrero contando las historia de la toma, de aquella madrugada cuando entramos, la tercera que fue la vencida y nos quedamos! Me acuerdo que soportamos como un mes de lluvia, lo primero que hicimos fueron las carpas colectivas, “nadie parcela nada hasta que sepamos cuántos somos”. La película se llama “Manzana 30” y un sueño organizado, un derecho conquistado.

No era fácil coordinar entre seis organizaciones; teníamos más frentes de combate que los que tiene hoy el hijo de puta de Macri: la Policía Federal, dueños de la tierra que tenían repleta de autos chatarra; la Infantería, esos turros que estuvieron frente a nosotros durante tres meses con sus carros de asalto; la burocracia villera y sus matones con sus tiros de madrugada, los aprietes, las reuniones eternas de seguridad, las guardias, las elecciones de la junta vecinal; nuestras asambleas de vivienda, las de comedor; y los esposos de las compañeras que hacían lo indecible para boicotear los esfuerzos de ellas.

Recuerdo que algunas le daban de comer, acostaban a los chicos y se venían a la toma a tomar las tareas, ya de mañana salían corriendo para que los chicos fueran a la escuela y a cocinar ‘alguito’ para que el marido se lleve a la changa, y de vuelta a la toma; a la carpa colectiva; a soñar cómo iba a ser la casa nueva; a sacarle el miedo a alguna: “no nos van a reprimir”, “estamos defendiendo nuestro derecho”, “la tierra es nuestra, la ley 1770 dice que el gobierno tiene que sacar los autos, sanear la tierra y hacer el plan de vivienda”.