Políticas

20/7/2021

La trama detrás del vaciamiento y el lockout de Garbarino

Empresarios vinculados al kirchnerismo y negociados con funcionarios.

Rosales y Casares reunidos con Moroni y Cavalieri en la compra de Garbarino.

Los próximos días pueden ser clave en el conflicto de Garbarino. La patronal encabezada por Carlos Rosales irá a una nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo, esta vez, con la promesa de estar en “negociaciones avanzadas” con un grupo inversor. Así lo afirmó la vicepresidenta de la cadena que asumió con el nuevo grupo empresarial, Mariana Casares, quien fue subsecretaria de Articulacion Legislativa del Ministerio de Seguridad bajo el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. La misma, sin embargo, no dio nombres ni precisiones “para respetar la confidencialidad de los inversores”. Mientras la patronal actúa con un silencio de entierro, 3800 trabajadores siguen luchando en defensa de sus puestos de trabajo y por el pago de los salarios adeudados en medio de la incertidumbre hermética.

El presidente de Garbarino, vale recordar, no solo es protesorero de San Lorenzo (ligado a Tinelli y Lammens), dueño de la aseguradora Prof y titular del grupo mediático Santamartah, propietario de Radio Continental, Los 40 principales y la FM 104.3. Rosales ha designado a Casares por un vínculo estrecho: él también ha sido funcionario del gobierno de Cristina, y en particular, estuvo muy ligado a la cartera nacional de Seguridad que conducía entonces el hoy ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni.

Rosales inició su carrera política en el PJ durante los años del menemismo, se “cambió de bando” luego al Frepaso y, aunque se “retiró” de la política, en su prontuario de negociados merodean varios nombres ligados al mandato de Berni como secretario de Seguridad nacional en los años del kirchnerismo. Casares, a su turno, creó por ejemplo en 2017 una sociedad de servicios empresariales, “Faith and Temperance”. En abril de 2018, un año después, renunció a su cargo como presidenta de la compañía, para cederle el lugar a… Agustina Propato, la esposa de Berni.

La piedra basal de la situación en Garbarino es el secretismo estricto. La patronal liderada por Rosales ha rendido pocas -o inexistentes- cuentas sobre el vaciamiento que llevaron a la situación actual. Los pasivos de la empresa son considerablemente altos, con más de 4.600 millones de pesos en cheques rechazados entre financieras y proveedores. A su vez, algunos de los acreedores acudieron a un litigio, como el caso de Aerolíneas Argentinas o el Club Atlético Boca Juniors, que demandaron a la cadena también por adeudamiento de fondos en concepto de esponsoreos.

En septiembre de 2020, tres meses después del recambio patronal, Garbarino, que ya había sido comprada por Rosales con los números “en rojo”, erigió un fideicomiso financiero en vistas del “plan de ampliación” del empresario -convertir a la cadena en una suerte de Mercado Libre-. Los inversores sellaron depósitos con una tasa del 27,1% anual, con expectativas en un eventual repunte de Garbarino, ya que, en teoría, la deuda originaria “había sido reestructurada con los proveedores”.

Por lo pronto, lo que sí es seguro es que este miércoles 21 la patronal deberá reunirse en audiencia en el Ministerio de Trabajo con el sindicato de Comercio. La misma se concertó luego de que la semana pasada el grupo de Rosales y Casares anunciara “estar cerrando el trato” con este grupo inversor oculto del que, lo único que han mencionado, es que “se dedica” a hacerse cargo de empresas en situaciones críticas. Tanto el Ministerio de Trabajo que conduce Claudio Moroni como la burocracia sindical de Faecys, encabezada por Armando Cavalieri, aceptaron esta nueva dilación sin mayores problemas, mientras el adeudamiento salarial a la planta laboral acumula más de tres meses.

Esto no es casual, sino, por el contrario, ilustrativo por demás. Si hicieran falta nuevos elementos para entender este “cheque en blanco” (valga la ironía) del gobierno y el sindicato de Comercio a los vaciadores, basta con señalar que la compra de Garbarino por Rosales y Casares se selló en 2020 durante una reunión… ¡Con Moroni y con Cavalieri!. Es la demostración más asquerosa de los vínculos entre los gobiernos y las burocracias sindicales con los capitalistas. ¿Qué representación pueden esperar las miles de familias que Garbarino podría dejar en la calle por parte de Cavalieri? Ninguna.

Por ello levantamos un planteo claro. El camino a seguir lo marcan los trabajadores de Tierra del Fuego, que ante las deudas salariales arrastradas ocuparon Digital Fueguina y TecnoSur, fábricas pertenecientes a Garbarino, arrancando un subsidio de $65.000 y el compromiso de pago de un segundo. Ante el pacto de “paciencia” y contención de las burocracias sindicales, tanto de Comercio como también de la UOM, que nuclea a los trabajadores fueguinos de estas plantas y solo se limitó a apoyar “de palabra” sus acciones mediante un comunicado, reivindicamos las acciones de lucha emprendida por los trabajadores de Garbarino de todo el país.

La salida solo puede venir de las asambleas en todos los lugares de trabajo, de la ocupación de los locales y plantas que cierren y de un paro de todo del gremio de Comercio en solidaridad con los trabajadores de Garbarino para defender todos los puestos de trabajo y exigir la apertura de los libros de la empresa para dar cuenta del vaciamiento patronal. Que el Estado garantice el pago de los salarios y la continuidad de todos los puestos de trabajo.

Vamos por todo ello a la movilización de los trabajadores de Garbarino este miércoles 21. La concentración será en el Obelisco a partir de las 11 de la mañana.