Políticas

25/9/1997|558

La Triple Alianza tuvo cría en el Suteba de Sarmiento

En San Miguel, también Izquierda Unida es una alianza fantasmal: sus integrantes son difíciles de encontrar por separado, mucho más verlos juntos.


Sin embargo, tienen un punto incuestionablemente en común: su visceral seguidismo a cuanta variante burguesa ‘progresista’ se ponga de moda.


Así las cosas, en la última reunión de la Comisión Directiva del Suteba Sarmiento, las compañeras de Tribuna Docente colocaron a votación la necesidad de que la CTA, la CTERA y el Suteba debían romper con esa alianza patronal y entreguista. Este punto ya había sido colocado a discusión por nuestra corriente en las reuniones de delegados previas, en las que se desnudó meticulosamente el programa antiobrero de la Triple Alianza, ante el silencio de la burocracia y el oído atento de la mayoría de los delegados.


No sorprendió a nadie que la burocracia de la seccional haya explotado enloquecida contra la posición antialiancista de nuestras compañeras. Fuera de sí, nos acusó de menemistas y duhaldistas, al tiempo que le exigió, a los gritos, al Mst que definiera su posición.


“¡No! —respondieron los docentes del Mst—. Nosotros sólo observamos la discusión” (sic).


Pero esto tampoco debe sorprender. Mientras el PC, antes de las elecciones docentes en Suteba, se ‘abstuvo’ de integrar la antiburocrática lista Rosa, para no chocar con De Gennaro en la CTA, el Mst, luego de las elecciones del magisterio, declaró: “Entendemos que ahora hay que seguir adelante con todos, con los compañeros de la lista Granate (agrupamiento divisionista de Patria Libre, que impidió la derrota de la burocracia) y de la lista Celeste, porque acá el tema es defender los intereses docentes” (La Hoja, 4/7).


Como se ve, antes o después, el fantasma de Izquierda Unida conserva intacto el espíritu de la conciliación de clases y del seguidismo pequeño-burgués.