Políticas

29/10/2021

La UCR simula ser una “alternativa” dentro de Juntos por el Cambio

En el acto del día de ayer, en la cancha de Ferro, quisieron despegarse del fracaso macrista de cara al 2023.

Con motivo de un nuevo aniversario de la victoria de Raúl Alfonsín en las elecciones de 1983, la UCR bonaerense realizó un acto en el microestadio de Ferro. La jornada contó con la presencia de casi todos los dirigentes del ancestral partido, y más allá de los condimentos como los incidentes entre militantes y barrabravas del club, los titulares de la ocasión se los llevó el discurso de Facundo Manes; tercer candidato a diputado bonaerense de Juntos por el Cambio. Pero el neurocientífico coronó un acto en el cual se dijeron varias cosas, entre ellas, algunas que tensionaron la interna cambiemita con el PRO.

Antes de que Manes tomara la palabra, lo propio hizo Maximiliano Abad, que soltó algunos “palitos”. Entre halagos a la convocatoria, dijo que el radicalismo “está para liderar una coalición que los lleve a la presidencia en 2023” sin pelos en la lengua. Además, dijo que hay que construir una coalición de “centro”, y “popular”. Sus palabras se sumaron a la de Manuel Cisneros, el presidente de la juventud radical bonaerense, que dijo que “sueña con un gobernador y un presidente radical”.

El radicalismo quiere presentarse como plan B al fracaso de la experiencia de Macri y de Vidal en la provincia, pero sin plantear ni de cerca una orientación alternativa. Es ilustrativo señalar que la “nueva” propuesta de la UCR de liderar una coalición de “centro” ya ocurrió bajo la presidencia de De la Rúa con la Alianza. Esta coalición siguió a rajatabla los lineamientos del FMI, y tuvo a Ricardo López Murphy de ministro de Economía disponiendo un ajuste sin parangón contra los trabajadores y los jubilados. El resultado fue el Argentinazo de diciembre de 2001 que los echó de la Rosada, tras dejar al país en bancarrota. Finalmente, el centenario radicalismo expresa hoy la degeneración de los partidos tradicionales  de la burguesía argentina.

El acto, que vino a presentar una simulada “alternativa” dentro de Juntos por el Cambio, se contrapuso (para la tribuna) al acto montado en la indagatoria postergada de Mauricio Macri; en Dolores. Por eso hubo una ausencia generalizada de los referentes de la UCR. Tan solo tres radicales se presentaron en la convocatoria de los “halcones” del PRO para acompañar al expresidente acusado de espionaje a testificar ante el juez Bava: Luis Naidenoff, presidente del interbloque de JxC en el Senado, el exministro de Defensa Julio Martínez y la vicepresidenta de la UCR a nivel nacional, Alejandra Lorden. Ni uno más.

Manes dijo al cierre del acto que viene a proponer una “revolución” para “sacar al país del pozo”. Con reivindicaciones al mandato alfonsinista, declaró que “la UCR volvió a la cancha”, y convocó también a “modernizar el partido”. Es una ironía que hable de “revolución” el radicalismo que reivindica al Alfonsín de la hiperinflación y la Ley del Punto Final, el mismo que gobernó con De la Rúa y con Macri, el radicalismo de Gerardo Morales o Cornejo y Suárez en Mendoza; y que venga a presentarse como el salvador que va a sacar al país “del pozo”. Pero se constata que las aguas no son serenas del otro lado de la grieta, frente a un gobierno donde abundan los codazos internos.

Esto no hace más que confirmar que en este escenario político hay dos alternativas: o las distintas variantes de un régimen fondomonetarista, patronal y antiobrero a ambos lados de la “grieta”, o el Frente de Izquierda – Unidad; que expresa un programa de ruptura con los mandatos fundamentales del FMI, del campo de las reivindicaciones más sentidas de los trabajadores y de reorganización del país sobre nuevas bases sociales.