Políticas

24/2/2000|655

La Unidad Popular (IU, Patria Libre), detrás de la Alianza

La Unidad Popular definió en su plenario de fin de año que su política frente a las privatizaciones sería el re­clamo de un plebiscito, y comenzó una campaña con ese fin, declarando que su objetivo es la presión sobre los legis­ladores y no impulsar las medidas de acción directa. Conforme con esta polí­tica, fue temprana impulsora del Foro Opositor con los diputados de la Alian­za. Bazán les hizo jurar (sic) que esta vez no habría traición, y Mengarelli, de ATE, fijó como objetivo garantizar que todos los senadores de la Alianza estu­vieran presentes al momento de votar la ley, para aprovechar la supremacía de un legislador sobre el PJ.


Con semejante derrotero, la UP se convirtió en el socio izquierdista de la Alianza y ésta dejó en sus manos el im­pulso de la “movilización social” para que se desglose el tratamiento de la ley. Es decir, les asignó el papel de fo­rros.


Consecuentes con el acuerdo logra­do, la UP y particularmente su porta­voz, Bazán, abandonaron toda referen­cia a la reforma laboral del gobierno nacional y al impulso del paro del 24, con el objetivo seguramente de no es­pantar a sus socios.


Cuando el Partido Obrero planteó que las organizaciones obreras debían romper con los partidos patronales y fi­jar una política independiente, no se refería exclusivamente a los sindica­tos, sino también a los partidos que se reclaman de la clase obrera. Hoy este planteo sigue teniendo total vigencia: que la UP rompa con la Alianza.