La vigencia de las Asambleas Populares
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La semana pasada, las Asambleas Populares de la Capital protagonizaron diversas movilizaciones. Acompañaron el festival de los estudiantes del Colegio Mariano Moreno, para reclamar por el boleto estudiantil y repudiar la represión parapolicial. Luego, volvieron a marchar con los secundarios, el 19, de Congreso a Plaza de Mayo.
El miércoles participaron -en unión con grupos piqueteros y trabajadores de la salud-, en el Hospitalazo de la Intersalud, con un programa de 26 puntos en defensa de la salud pública.
También se movilizaron es día con los ahorristas contra el Plan Bono y la “patria financiera”.
La Asamblea de San Telmo se movilizó a la Legislatura para denunciar el accionar parapolicial de la Secretaría de Acción Social de la Ciudad y apoyar a los vecinos que luchan por el techo en el Padelai.
En defensa de casas ocupadas, varias Asambleas Populares llevaron su adhesión al festival que organizó el lunes feriado, en Almagro, la Coordinadora zonal del Polo Obrero.
Los vecinos de la Asamblea de Villa Urquiza, con el apoyo de otras Asambleas Populares (Villa del Parque, Belgrano, etc.) votaron la ocupación del predio de la abandonada confitería “La Ideal”, para transformarlo en un centro cívico, donde funcionarán las comisiones de la propia Asamblea Popular, un comedor comunitario, etc.
La Asamblea Popular de Palermo apoyó activamente a la Asamblea Educativa del Colegio Falcone, que reclama por imprescindibles mejoras edilicias para defender una educación pública que se desmorona.
Numerosas Asambleas Populares votaron el envío de delegados a la Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados, que realizaron el fin de semana del 22 y 23 el Bloque Piquetero Nacional y otras corrientes piqueteras. Algunas Asambleas también participaron de la marcha que realizaron en el día de la bandera la CTA y el CCC.
Las Asambleas Populares están organizando un festival de apoyo a la fábrica ocupada Brukman, para juntar fondos y divulguar la lucha por la estatización de esta empresa, bajo control de sus trabajadores. Las Asambleas de Chacarita están apoyando (alimentos, etc.) a los 18 obreros que ocupan una fábrica de grisines (Grissinopoli SA) que la patronal quiere vaciar.
Las Asambleas Populares están preparando, asimismo, una marcha a Plaza de Mayo el viernes 28, para oponerse al tarifazo que se está preparando y entregar un “exigitorio” de 6 puntos. En las zonas Oeste y Norte se organiza una marcha fundamental el sábado 29, con los vecinos de Floresta a los 6 meses del crimen de tres jóvenes en una estación de servicio.
Numerosas Asambleas Populares están poniendo en pie comisiones de desocupados y otras muchas organizando comedores y merenderos populares.
En la noche del viernes 21, a pesar del intenso frío, unos 500 compañeros de numerosas Asambleas Populares se hicieron presentes en la Plaza de Mayo, para rememorar a los caídos en las jornadas del 19 y 20 de diciembre y declarar la vigencia del movimiento de las Asambleas.
¡Luchando más que nunca, mantienen y refuerzan su vigencia!
Es que las Asambleas Populares no sólo siguen en pie en las barriadas y asumen numerosas tareas de lucha y organización, sino que hacia ellas fluye naturalmente todo movimiento de lucha. Entre ellos las fábricas que ocupan.
Es por esto que se descargan sobre las Asambleas verdaderas baterías de provocaciones, particularmente desde las filas del gobierno y los partidos patronales.
El Gobierno de la Ciudad, de un lado, las reprime con patotas, como en San Telmo. Del otro, busca cooptarlas con el planteo de un presupuesto “participativo” (¡por parte de un gobierno que ha sido incapaz de presentar el presupuesto 2002 y que gasta, entonces, con toda arbitrariedad!). El gobierno de Ibarra se hizo votar “poderes especiales” para no tener que rendir cuentas del presupuesto ni siquiera frente a la Legislatura, y disminuye las partidas sociales (salud, educación, asistencia, cultura, etc.) para poder seguir pagando los compromisos asumidos con los banqueros.
La crisis económica y social no se amortigua, sino que tiende a profundizarse. El alza del costo de vida y la tendencia a la hiperinflación. Los tarifazos que se pretenden descargar sobre el pueblo. La tendencia a una quiebra industrial generalizada y el cierre y despidos masivos de los servicios bancarios. El hambre y la miseria que entra en las barriadas. La crisis de la salud y la educación públicas.
Toda esta cruda realidad plantea una agudización de la lucha popular; plantea la necesidad de marchar hacia un segundo Argentinazo. En oposición a las patotas represivas o cooptadoras de Ibarra, planteamos la disolución de los CGP y la entrega de los edificios e inmuebles a las Asambleas Populares, y echar a Ibarra y disolver la Legislatura, para que gobierne una Asamblea Constituyente.