La vivienda, también en Zárate

Cuando, hace algunas semanas, miles de familias ocuparon el parque Indoamericano y otros seis puntos de la Capital, Zárate se vio conmovida. Es lógico, porque la situación aquí es peor aún que en la Capital. Si en Capital son villas, para los zarateños son asentamientos sin agua ni energía eléctrica. Casi 20.000 personas viven hacinadas o en viviendas precarias.

Las 7.000 viviendas faltantes en la ciudad son, incluso, sólo una parte del problema, porque muchos otros zarateños tienen vivienda pero no acceso a los servicios. A los esporádicos mega-apagones, se agrega la cotidiana falta de agua y escasez de cloacas. Los alquileres suben todavía más que la inflación, al compás de la especulación en un mercado cada vez más estrecho.

Hubo quien quiso adjudicar la suba de los alquileres a un enorme crecimiento del distrito, que calculaban en 130.000 habitantes. El último censo los desmiente: somos 110.000 -un 10 por ciento más que hace una década- lo que pone sobre la mesa que el único motivo de que las viviendas no alcancen es el más simple de todos: no se construye nada. Los asentamientos se nutren de trabajadores que se fueron de pensiones o departamentos que ya no podían pagar.

Los medios de comunicación locales abundan en artículos sobre “el problema de los asentamientos” y “la inseguridad aparejada”. Coincidentemente, el intendente Caffaro llegó en su momento a formar una “Comisión de Prevención de Asentamientos” en la que la intervenía la policía, en la misma línea represiva de Macri. Aunque ninguno de los dos se atrevió a usarlas, muestran cómo piensan que se debe resolver el problema habitacional. Lo que no se discute es cómo se construyen casas.

El municipio aduce que no tiene tierras propias. Sin embargo, en Zárate -a diferencia de la Capital- es enorme la cantidad de hectáreas ociosas. El intendente Caffaro no ha tomado ninguna iniciativa para que la provincia proceda a su expropiación. Allí están las tierras para hacer una urbanización planificada de Zárate. ¿Cuál es el impedimento? Desde Hábitat nos dicen que no tienen presupuesto para construcciones ni urbanización. Pero las grandes empresas facturan 10.000 millones al año y aportan 50 millones al presupuesto municipal. A Toyota incluso se le han rebajado los impuestos por cinco años. Ahora amplía su planta gratis, con dinero de los zarateños.

El único impedimento para la urbanización es la voluntad del intendente de hacer buena letra con los especuladores inmobiliarios. Caffaro está muy comprometido con los propietarios de tierras en un gran negocio capitalista. Le ha dedicado mucho esfuerzo a posibilitar la construcción de un mega emprendimiento habitacional para capitalistas, al estilo de Puerto Madero. Su “Master plan Costanera” ha sido elaborado para urbanizar por manos privadas e internacionales las valiosas tierras con vista al delta. Cines, teatros, shoppings y una rezonificación que permite construir torres de lujo con vista a nuestro río. Van a construir una verdadera cortina de edificios que nos separarán del Paraná, al cual ya no tendremos acceso. Tenemos, por lo pronto, el cierre del Balneario Municipal, al que han transformado en un paseo; además, está en curso una obra de tablestacado con fondos de Nación por 20 millones. Caffaro privatiza el río y su ribera, con la posibilidad de deportes acuáticos, remo o motos de agua, todo a valores a los que ningún trabajador zarateño podrá acceder. Mientras tanto, en la ciudad el agua no sale de las canillas y su costo aumentó en un 70%.

El “socialista” Caffaro viene a acentuar la desigualdad existente. Vamos a tener a Zárate dividida en tres: 1) los edificios y servicios de lujo en la costanera para los gerentes de las multinacionales; 2) la clase media y algunos trabajadores en el casco céntrico y, finalmente, un Zárate para los pobres, en medio de la miseria. El master plan viene a agravar la división clasista de la ciudad.

Proponemos:

1) Impuesto a las grandes empresas para financiar la construcción de emergencia de 2.000 viviendas ya.

2) Expropiación de las tierras y predios ociosos para emprender una urbanización planificada y viviendas de carácter social, a un costo financiado que sea equivalente al 10% del salario promedio, sin intereses.

3) Control vecinal de la calidad y los costos de las construcciones, mediante consejeros electos por asambleas vecinales.

4) Plan de habilitación de centros de polideportivos y culturales a cargo del Municipio a lo largo de la costa, así como planes de desarrollo para clubes de barrio.

5) Empadronamiento y capacitación de los desocupados para su participación en la construcción de las viviendas, con salario y bajo convenio colectivo, además del derecho a la adquisición de su vivienda.

6) Regularización dominial gratuita en todo el distrito.