Políticas
18/7/2018
Lagarde y el G20 en Buenos Aires
Fuera el FMI. No pago de la deuda
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El 19 y 20 de julio se realiza en Buenos Aires la reunión preparatoria del G20, a la que asistirán los ministros de Economía y Finanzas de los países más desarrollados (imperialistas) y de otros ‘emergentes’ (atrasados y semicoloniales). Se trata de una reunión preparatoria de la Cumbre del G20 con la presencia de los presidentes (Trump, Putin, Macron, Merkel, May, Xi Jinping y otros) que se realizará el 30 de noviembre y 1° de diciembre en Argentina. En estas reuniones participará plena y protagónicamente también Christine Lagarde (FMI) y presidentes de todas las instituciones financieras imperialistas (OCDE, Banco Mundial, etc.).
Entre los pretendidos objetivos fundacionales del G20 se plantea “buscar soluciones de forma coordinada a los problemas globales de la economía mundial”. Sus protagonistas, sin embargo, son los responsables de una aguda crisis del régimen capitalista mundial, que ha detonado una guerra comercial entre los diversos imperialismos y contra los países atrasados. Son también los fogoneros del belicismo sangriento de las guerras imperialistas (Siria, Gaza, Afganistán). Los organismos financieros que vienen al G20 auspician la exacción que está sumiendo en la crisis y la miseria a los países semicoloniales, bajo el peso de las deudas externas usurarias y los ‘ajustes’ promovidos por el FMI, el Banco Central Europeo y otras instituciones imperiales.
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La Argentina ‘presidida’ por Macri, por ser el país anfitrión de este encuentro del gran capital contra los trabajadores, tiene el ‘privilegio’ de poder incorporar al temario del evento tres problemáticas.
Macri eligió, en primer lugar, el "Futuro del trabajo: ¿cómo hay que preparar a los estudiantes de hoy para el mercado laboral del futuro?”.
¿Hablará del cierre de los terciarios? ¿o de las pasantías que pretende introducir la reforma laboral antiobrera para tener mano de obra juvenil sumida en la precarización?
Luego, se referirá a la "Infraestructura para el desarrollo". ¿Se va a referir al párate de la obra pública –con su secuela de desocupación masiva- por mandato del FMI? ¿O de los negociados en marcha con el régimen de la PPP (Participación Publica Privada) que entrega la obra pública al capital financiero y fabrica una mayor deuda externa encubierta?
También propuso incorporar "Un futuro alimentario sostenible", en torno de la seguridad alimentaria. ¿Explicará acaso que con un boom de exportaciones de alimentos de Argentina, la miseria social crece y que el FMI ‘autoriza’ a utilizar un 0,2% del PBI para “la protección de los más vulnerables” y “calmar la conflictividad social”?
Ingreso de militares extranjeros
Para proteger a los jerarcas imperialistas, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ha autorizado el ingreso de comandos militares yanquis. Ya una veintena de ellos están aterrizando en el país para entrenare a las policías nativas en la represión de las protestas populares contra los ajustes fondomonetaristas. Para la Cumbre del G 20 de fin de año, serán escuadrones enteros. Todo esto fue hecho violando las propias normas constitucionales, que obligan a que el Congreso autorice el ingreso de tropas extranjeras.
Una carta K para Lagarde
La llegada de la mandamás del FMI, Lagarde, a la Argentina, ha detonado el envío de una carta firmada por destacados kirchneristas, miembros de las centrales obreras (CGT y CTAs) y de los ‘movimientos sociales’ papistas (Evita, CCC, Libres del Sur). Colocan al FMI como árbitro para que interceda contra el ‘ajuste’.
Quieren “alertar al Directorio” del FMI “sobre la explosiva situación social que vive la Argentina” y se lamentan que “no tener otro camino que repudiar esta Acuerdo ya firmado”. Objetiva y obviamente: buscan otro acuerdo con el FMI menos severo. Pero no se plantean derogarlo, sino que “los compromisos suscriptos en el Acuerdo sean sujetos a revisión tanto de la Justicia, como del Parlamento”.
Fuera el FMI y su acuerdo, no al pago de la deuda pública, nacionalización de la banca bajo control obrero, nacionalización del mercado de cambios y del comercio exterior, bajo control de los trabajadores. Impidamos la sangría antinacional del FMI y el G20. Es necesario ya un paro general activo de 36 horas que retome la masiva jornada lucha del 25 de junio, hacia la huelga general.