Políticas

12/9/2013|1285

Largamos la campaña a la Legislatura

CIUDAD DE BUENOS AIRES


Altamira diputado, Ramal legislador


Marcelo Ramal, candidato a legislador porteño por el Frente de Izquierda. Somos la izquierda que no fue furgón de cola de quienes gobiernan o han gobernado la Ciudad y el país.


La inscripción de las listas a la Legislatura expuso la crisis política de los bloques que gobiernan el país y la Ciudad, y también la de sus principales opositores. Hasta donde les fue posible, el armado de las listas buscó disimular la responsabilidad que les cabe a todos ellos en la Capital de la especulación inmobiliaria, la precarización laboral, el vaciamiento educativo y sanitario. El PRO encabezará su lista con Iván Petrella, un directivo de la derechista Fundación Pensar; bastante atrás de él, esconderán a los funcionarios o legisladores que deberían dar cuenta de su gestión en la Ciudad. El kirchnerismo buscará rescatar las candidaturas tambaleantes de Filmus y Cabandié a través de dos colectoras legislativas. Una de ellas exhumó del exilio político a Jorge Taiana, años después que CFK lo expulsara de la Cancillería acusándolo de supuestos vínculos con Clarín. La otra colectora, encabezada por Pablo Ferreyra (ver artículo) intentará la reelección de personeros de Aníbal Ibarra, junto a otros saltimbanquis políticos.


La lista del Unen no se queda atrás en materia de imposturas. Gustavo Vera, el dirigente de la Alameda que denuncia las redes de trata y prostitución, encabeza, sin embargo, una lista poblada de personeros de diferentes claques capitalistas. Es el caso de María Eugenia Estenssoro, la principal apologista de la YPF menemista (tampoco fue objetada por Pino Solanas, que suele pregonar la soberanía petrolera) o los candidatos de la Franja Morada, que codirigen la universidad al servicio de su privatización y la precarización de sus docentes.


La bandera de la crítica a la corrupción también será levantada por Graciela Ocaña y su boleta corta (sin candidatos nacionales). Pero su padrino en la Ciudad es Daniel Amoroso, burócrata del sindicato del juego, conocido por su colaboracionismo con Cristóbal López (el zar del casino de Puerto Madero) y ligado políticamente a De Narváez.


Para decirlo en buen castellano: "las apariencias engañan". El despliegue de listas se completa con la izquierda que quedó circunstancialmente afuera de los acuerdos de Unen, pero que no renuncia a ellos con vistas a 2015.


Frente de Izquierda


La campaña del Frente de Izquierda en la Ciudad deberá enfrentar estos elementos de confusión política. Pero, para ello, nos valdremos de dos fuertes recursos. En primer lugar, explicaremos que somos la expresión de una alternativa de alcance nacional y en ascenso, lo que se expresa en el casi millón de votos alcanzado en las Paso, las conquistas en las elecciones docentes y otros sindicatos y, más recientemente, en los comicios de centros y consejeros en la UBA, un punto neurálgico de la batalla electoral en el distrito. Expresamos a la izquierda que no ha sido furgón de cola de quienes gobiernan o han gobernado la Ciudad y el país, y son responsables de la enorme crisis nacional que sirve de telón de fondo a esta elección.


La segunda cuestión es nuestra crítica a la gestión capitalista en la Ciudad, que involucra a todos los bloques que -del PRO a Lozano, pasando por Unen y los K- gobernaron el distrito, sea con Macri, Telerman o Ibarra. La corrupción, el trabajo precario o semiesclavo, la prostitución organizada o la trata de personas son inseparables de una orientación social que ha entregado la Ciudad a los monopolios capitalistas de la banca, el turismo o el juego. Los bloques políticos que hoy se han transfigurado en el PRO, el kirchnerismo o el Unen votaron en 2002 la legalización del casino y los bingos, que son la punta de lanza del narcolavado o la explotación de la mujer.


A partir de este balance, opondremos un programa para terminar con la precarización y la inseguridad en el trabajo, por la formación de comisiones obreras electas con derecho a veto sobre las condiciones laborales; por el pase a planta de los 15.000 trabajadores con contratos en el Estado porteño, el primer precarizador del distrito; por la reconstrucción de la salud y la educación públicas, asegurando los recursos para la titularización de trabajadores con un salario en blanco y cuyo básico debe asegurar el costo de la canasta familiar. Estamos por una reorganización urbana que ponga fin, por un lado, a la especulación inmobiliaria y la saturación edilicia que es fuente de desequilibrios mayúsculos -cortes de servicios, inundaciones- y que, por el otro, condenan a medio millón de trabajadores a no contar con una vivienda adecuada. Un manifiesto para la Ciudad fundamentará estos y otros puntos de nuestro programa, que vamos a explicar en un trabajo tenaz de reuniones y vistas a escuelas, hospitales, plazas y universidades en las quince comunas del distrito. Así concebida, nuestra campaña legislativa debe ser un aporte al objetivo de llegar al Congreso nacional desde la Capital y, en ese caso, consagrar también un fuerte bloque de diputados de izquierda en la Legislatura.