Políticas

29/10/2020

Larroque: miente, miente, que algo quedará

Desmenuzando el comunicado del ministro desalojador.

Luego del desarrollo del violento operativo de desalojo contra la ocupación de tierras en Guernica, y antes de que fueran liberados los 39 detenidos tomados de rehenes en una cacería que prosiguió a muchas cuadras de los terrenos desalojados, el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad del gobierno bonaerense emitió un comunicado titulado “¿Qué pasó en Guernica?” que repite la táctica que viene desarrollando estos meses de conflicto el ministro Andrés Larroque: falsificación sistemática de la realidad (que parece inspirada en el lema “miente y miente, que algo quedará” del propagandista nazi Joseph Goebbels) y un macartismo desenfrenado contra el Partido Obrero, que pretende usar como chivo expiatorio para justificar la política criminal de su gobierno.

En honor a la verdad y al acuciante reclamo de los sin tierra y sin techo hay que desmentir una por una las falsedades.

Presentan el desalojo como fruto del “consenso”. La organización de un operativo antes de que salga el sol, incendiando casillas y pertenencias y aplastando con topadoras, cazando vecinos en un radio de decenas de cuadras, es lo contrario a consenso alguno. La invasión de Guernica por 4.000 agentes de las fuerzas represivas que establecieron allí un virtual estado de sitio, la requisa de casas para detener a quienes huían de la represión, asilados espontáneamente por vecinos horrorizados, muestra el revanchismo y la pretensión ejemplificadora que el gobernador Kicillof y su ministro Sergio Berni le han querido dar a la represión. Quienes luchan por la propiedad privada de un pedazo de tierra para vivir deben ser “aleccionados” por el gobierno que defiende la propiedad privada de la especulación inmobiliaria.

La asistencia a las familias desalojadas es una estafa. Son las organizaciones, vecinos y familiares quienes en estas horas están tratando de alojar precariamente a centenares de familias que enfrentan encontrarse en situación de calle.

Larroque dijo hace un par de semanas que quedaban 150 familias. Luego un censo controlado por organizaciones de DD.HH. y delegados de la toma, estableció hace cuatro días que eran 1.400 familias. La mentira se cayó.

El acta del gobierno no fue suscripta por familia alguna.

No solo no había una salida de fondo, si no que se proponían montos de dinero para una minoría a costa de que sean cómplices del desalojo del resto. Como lo rechazaron, el gobierno retiró la posibilidad de que cobren el monto, a pesar de que su situación se ha agravado. Evidentemente el subsidio establecido por el decreto del gobernador Kicillof tiene el objetivo de comprar voluntades y no de asistir a las familias que enfrentan una emergencia social y habitacional.

La construcción del comunicado de que el desalojo ha sido el resultado de “la intransigencia” de los vecinos, sobre todo resultado de la actividad del Partido Obrero, es insostenible. Las tomas de tierra son el resultado, en todo el país y en particular en el conurbano, del efecto de la crisis social y económica preexistente, reforzada por la pandemia. El gobierno concentró los recursos nacionales en el subsidio a empresas nacionales y extranjeras y el pago a acreedores mientras la mitad de la población cayó bajo la línea de la pobreza. Hace tres días emitieron $257 mil millones de deuda, pero solo para dar garantías a los que empujan la devaluación, ni un peso para los millones que no tienen tierras en el país.

El carapintada Berni se jactó en septiembre en un video institucional de haber presidido sobre “el desalojo de 868 tomas de terrenos y (el arresto de ) 524 presos” ejecutados por la Bonaerense. No hay voluntad de diálogo ni soluciones habitacionales. Ha sido la masividad y los niveles de organización de la toma de Guernica, así como el rol de las organizaciones que se movilizaron para sostener su reclamo, entre ellas el Partido Obrero y el Polo Obrero, lo que le permitió mantenerse por meses cuando otros eran expulsados.

Los vecinos en cambio, presentaron sucesivas propuestas y contrapropuestas para una solución dialogada de “tierra por tierra”, en Guernica o en otra parte.

Kicillof acaba de declarar en los últimos días que los barrios privados y countries sistemáticamente ocupan ilegalmente tierras y evaden el pago de impuestos. No toma medida alguna al respecto. Es condescendiente con los poderosos y reserva su intransigencia para los trabajadores, en particular los que están sumidos en la pobreza.

Nuestro Partido es acusado en distintos puntos del documento de “maniobras dilatorias”, o de “obstaculizar el diálogo” o “impedir el acceso al predio”. Los funcionarios desprecian profundamente a la democracia real de las asambleas y cuerpos de delegados que los vecinos en lucha de Guernica llevaron adelante. Allí se tomaron todas las decisiones, desde el primer día. La influencia de la que el PO u otras organizaciones pueden gozar es fruto exclusivo del apoyo a sus orientaciones o puntos de vista de parte de los vecinos que se han organizado para pelear por tierra y vivienda. Larroque y Berni no pueden concebir un mundo sin jefes y punteros, que dan órdenes desde el manejo de recursos del Estado. Pero existe, y es un aspecto muy valioso de esta lucha que debe ser conocido y defendido por toda la población trabajadora.

Quienes quisieron dilatar una solución al conflicto para tratar de desgastarlo fueron Kicillof y Larroque. Tenían todos los recursos a su disposición para darle una salida. El Partido Obrero ha propuesto hace años en la provincia formar un banco de tierras ociosas, sean fiscales, en disputa o privadas, a cargo del Estado para dar salida el drama de millones de bonaerenses y de argentinos.

La versión de que el gobierno se opuso al desalojo, pero tuvo que ejecutarlo por orden del juez y el fiscal es igualmente falaz. El PO elaboró junto a la organización de vecinos un proyecto de ley que suspendía por 6 meses cualquier acción judicial, y fue presentada en la legislatura por la bancada del Frente de Izquierda. Decenas de proyectos de este tipo se han votado en los últimos años para evitar darle una salida represiva a conflictos en curso. El Frente de Todos se unió a Juntos por el Cambio para rechazar el tratamiento. Si lo que querían era tiempo para negociar, hubieran apoyado el tratamiento y la aprobación de esa medida.

Los 3.000 lotes con servicios en el distrito de Presidente Perón que se mencionan “como solución de fondo” carecen de toda seriedad. Si hubiera voluntad política para adjudicárselos a las 1.400 familias se hubiera hecho, resolviendo el conflicto sin más. Si la demora fuese supuestamente la instalación de servicios, se podría realizar con las familias viviendo allí sin grandes problemas. Con un gobierno que convive con más de 3.000 barrios carenciados que no tienen servicios esenciales, no estamos más que frente a una excusa.

Reafirmamos nuestra reivindicación de la lucha por un terreno y una casa para cada familia trabajadora, en Guernica y en todo el país. Que los vecinos desalojados sean restituidos a sus terrenos. Por un banco de tierras ociosas para vivienda obrera y un plan de construcción de viviendas y de urbanización. Por un impuesto progresivo sobre el gran capital que financie su inmediata puesta en marcha. Por un congreso nacional para unificar la lucha por tierra y vivienda.