Las Administradoras Privadas de Salud o las triple A del gobierno de Menem
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Si hasta ahora la salud era un negocio, en adelante será un “negoción”. El plan integral de salud pública que lanzó el gobierno tiene básicamente tres ingredientes: la llamada “autogestión” del hospital público, la desregulación de las obras sociales y la creación de las Administradoras Privadas de Salud (APS). Estas APS pretenden ocupar en la salud el lugar que tienen las AFJP en la jubilación y las ART en los accidentes de trabajo, lo cual delata ya su carácter delictivo y confiscador.
En los últimos meses, grandes multinacionales de la salud desembarcaron en Argentina, comprando algunas compañías, como Exxel Group, un grupo financiero norteamericano, Cruz Blanca y varias compañías de seguros de salud, como Principal, de EE.UU.
También la burocracia sindical ya está trabajando activamente en crear estas APS para lucrar, junto a los grupos económicos capitalistas, con la salud obrera. Las burocracias de la UOCRA y FATSA han formado un holding con ITT Hartford, de EE.UU., y las de Luz y Fuerza, Smata y Municipales han formado por su parte otro, lo que corona el negocio de las AAA (AFJP, ART, APS).
“Autogestión” hospitalaria
El plan de privatización de la salud liquida al hospital público mediante la llamada autogestión y descentralización hospitalaria. La “autogestión”- no es tal, sino autofinanciación, y ello significa que el hospital público debe autofinanciarse arancelizando sus prestaciones. Justamente, los médicos municipales denunciaron una inducción en 300 millones de pesos del presupuesto porteño de salud para 1995, una cifra que deberá cubrirse cobrando a los' pacientes la atención médica.
De este modo, la “autogestión” significa la muerte de los hospitales públicos ubicados en las zonas obreras y con alta desocupación, ya que contarán con ingresos inferiores a los ubicados en zonas de más alto poder adquisitivo. Para no pagar el arancel, habrá que exhibir certificados de pobreza, a cambio de lo cual se obtendrá una atención de segunda. La diferenciación de la atención médica resultará también del hecho que los hospitales “autogestionados” podrán privatizar ciertas áreas y celebrar contratos privados con clínicas y entidades de medicina privada.
El gobierno dice que la “autogestión” logrará que las obras sociales y empresas de medicina prepaga paguen por la atención de sus afiliados en los hospitales, pero para eso no se requiere ninguna “autogestión” sino simplemente la voluntad de cobrarles, lo cual se puede hacer mediante un sistema de débito automático.
La “autogestión” apunta a eliminar el presupuesto estatal de salud y derivar el dinero al pago de la deuda externa.
Liquidan las obras sociales
El segundo paso es la destrucción de las obras sociales, tarea que queda a cargo de la “desregulación”. La “desregulación” significa que el actual aporte a las obras sociales podrá ser destinado a cualquier entidad privada de salud, para lo cual cada trabajador comprará el plan de salud que corresponda a su salario. Habrá una prestación médica básica y a partir de ahí otra diferenciada, según el mayor salario del trabajador. Si el trabajador requiere una atención médica superior a estos planes, deberá realizar aportes “voluntarios” adicionales.
En una primera etapa, la “desregulación” permitirá el traspaso del trabajador de la obra social de su gremio a la de otro gremio hasta un 20% del padrón , pero en el caso de los que están fuera de convenio o de personal superior, la “desregulación” será aplicada en beneficio de la medicina privada, por ejemplo Medicus, Diagnos, etc. Un plan privado de salud familiar no baja de los 200 pesos, cuando el aporte del trabajador, incluida la contribución patronal, es hoy de 50 pesos. La diferencia de 150 pesos será lo que el trabajador tendrá que aportar de su bolsillo para acceder a una atención médica mediana.
Justamente, para que el trabajador emigre de la obra social, el gobierno dispuso la rebaja de los aportes patronales, lo que obligará a recortar en mayor medida las prestaciones médicas de las obras sociales.
La “autogestión” del hospital público, la “desregulación” de las obras sociales y la creación de las APS forman un único plan, que tiene por objetivo ampliar el negocio de la salud. Se estima que las APS podrían tener un giro de negocio de 13.000 millones de pesos anuales, lo que da una dimensión de los intereses que están en juego.
Por una salida obrera
El Partido Obrero plantea, i la defensa integral de la salud trabajadora y la de toda la población, cuya primera medida es la anulación de los decretos de “desregulación” de las obras sociales y “autogestión” hospitalaria.
Planteamos que la salud sea estatizada y sea sostenida exclusivamente con el aporte patronal, a cambio de una cobertura integral y universal a toda la población. Para que la salud deje de ser un negocio, se requiere la expropiación de los grandes sanatorios y laboratorios y la elaboración de un plan estatal de salud único, dirigido por los trabajadores.