Que las listas “colectoras” en los municipios del Conurbano polarizaron las elecciones municipales y llevaron aguas al molino de los Scioli y Kirchner es muy evidente y sabido. La disgregación de los partidos del régimen lleva a las camarillas del poder a componer cualquier rejunte que les permita mantenerse, aunque sea con pies de barro.

Menos conocidas son las colectoras de la izquierda. También en disgregación, su cooptación al régimen comienza por mimetizarse con los métodos de sus camarillas.

En Esteban Echeverría y Ezeiza, los militantes del Partido Obrero nos sorprendíamos con las listas comunales presentadas por el MST, ya que desconocíamos la existencia de esta corriente en nuestros distritos, donde el PO es la única fuerza de izquierda no cooptada que milita hace décadas.

La sorpresa nos la despejó un militante de Convergencia Socialista, quien nos relató que en ambos distritos las listas del MST-Nueva Izquierda fueron constituidas por su corriente, en acuerdo con el MST. Dicho acuerdo carece de definición programática alguna (el compañero me refirió que CS reclamaba un frente Pitrola-Ripoll). Su base fue la mera especulación electoralista. Para el MST, arrimar votos a Ripoll; para CS, especular con meter un concejal, aunque sea con identidad ajena. La fidelidad de este “matrimonio” era tal, que los militantes de CS tenían la línea de votar la lista municipal y cortar la boleta para no votar a Ripoll.

¿Esto es lo nuevo de la izquierda? Estas corrientes hace tiempo perdieron de vista una estrategia obrera o socialista.