Políticas

20/9/2012|1240

Las contradicciones de la nueva economía oficial

En lugar de frenar la salida de divisas, el intervencionismo K ha servido para el armado de una nueva bicicleta financiera, la que actúa como vehículo para la fuga de capitales.


En la última semana, varios títulos en dólares han tenido un salto espectacular -en primer lugar el cupón PBI. Cualquiera de esos bonos deja rentas que multiplican por diez los rendimientos normales en las plazas financieras. Al auge de los bonos en pesos y, en especial, el cupón PBI en pesos no estuvieron ajenos los K. “El crecimiento de los cupones estuvo apalancado por un informe de Merrill Lynch, en el que se sostiene que el gobierno pagaría con dólares a aquellos tenedores extranjeros de cupones de moneda local (…) al tipo de cambio oficial” (Clarín, 6/9).


Mientras tanto, las reservas siguen cayendo. Todo indica que este año descenderían 2.000 millones de dólares más. A los pagos por vencimientos de la deuda externa, se une la caída de un 50 por ciento de los depósitos bancarios en dólares. Además, “las compañías se ven impedidas de tomar deuda en moneda extranjera y reducen al mínimo una de las grandes vías de ingreso de divisas”. Esta merma se verifica, en especial, en los bancos que sustituyeron la sangría de depósitos en dólares por la contratación de líneas de crédito del exterior a corto plazo. “Pero el stock se empezó a agotar y los préstamos mostraron, entonces, un encarecimiento de 200 a 350 puntos sobre la Libor (tasa de referencia bajo la cual los bancos ofrecen fondos en el mercado interbancario)” (ídem).


Emisión y crisis fiscal


Mientras se achican las disponibilidades en dólares, aumenta la emisión de pesos -que ha llegado a casi un 40 por ciento anual. Es que el del déficit fiscal creció 14 veces en relación al mismo mes de 2011. Para fin de año, se espera que “aún con transferencias del BCRA y la Anses por casi 20.000 millones de pesos, las cuentas podrían cerrar con un desequilibrio superior a los 55.000 millones” (Cronista, 3/9). Una gran parte del déficit de julio está explicada por el pago de los intereses de la deuda y los subsidios. “En sólo siete meses, se agotaron los subsidios a los colectivos” (La Nación, 15/8). El déficit de las empresas públicas casi se triplicó. El rescate que vienen haciendo los K de las privatizadas del transporte y la energía incluye un aumento de las tarifas, la absorción de las deudas y, en muchos casos, el gasto de las inversiones. Los tarifazos en puerta se unen a la continuidad del desfalco del erario público. La plata para financiar a YPF salió de la Anses -por una tasa muy por debajo de la inflación.


Reactivación


El gobierno exhibe un aumento de los depósitos bancarios en pesos como resultado del ‘cepo cambiario’. El precio es un aumento importante de la tasa de interés y la posibilidad de asegurar esos depósitos al tipo de cambio oficial frente al dólar. Las ganancias que surgen de aquí son usurarias. Por otro lado, los bancos vienen boicoteando una línea de crédito promocionada al 15 por ciento de interés anual.


Los gurúes se entusiasman con las perspectivas para el año 2013, por las divisas que podrían aportar la soja y la reducción de los pagos por la deuda externa. Pero cualquier reactivación implicará una demanda adicional de divisas para hacer frente a las importaciones, las que hoy están planchadas o frenadas. Por otro lado, los subsidios en pesos y en dólares seguirán en aumento; un crecimiento del 3,5 por ciento del PBI, en 2013, incrementaría en 3.900 millones de dólares la importación de energía. La acentuación de la crisis en Europa y en China podría hacer naufragar las expectativas en un precio elevado de la soja y el maíz.


La política oficial está envuelta en contradicciones irresolubles. El dirigismo es un recurso de emergencia que delata una crisis de fondo. No tiene nada que ver con la planificación, que es un método para desarrollar la economía en función de las grandes mayorías.