Políticas

28/11/1996|521

Las elecciones del 97

El 30 de octubre pasado, los diarios dijeron que Alfonsín había juntado 30.000 personas en la cancha de Ferro.


Dos semanas más tarde, informaban que Duhalde había ‘llevado’ 50.000 a Racing.


Para algunos, estos datos eran la confirmación de que la historia es capaz de dar marcha atrás; para otros, de que las masas son políticamente insensibles a su propia experiencia. En el caso de Duhalde, algunos vieron que se había tratado de una ‘aparateada’; pero lo mismo se puede decir de Alfonsín. La crisis del PJ y de la UCR es inmensa, y por ahora seguirá agravándose. La causa de ello es que la economía, la política y, como consecuencia, los partidos capitalistas, se encuentran en quiebra.


A la manifestación política que representaron los dos inmensos paros generales de agosto  y setiembre se añade ahora un dato menor, pero no por ello menos significativo. El Frepaso, que agranda su ventaja en Capital Federal, le gana en intención de votos para diputados al PJ, nada menos que en el Gran Buenos Aires. Lo mismo ocurre en Rosario; hasta en Córdoba, el Frepaso le gana a la UCR. Claro que  estamos todavía muy lejos de las elecciones, que muchas veces se deciden por la fuerza del dinero y de los aparatos; pero la encuesta es un síntoma de la situación política, en el sentido de que el escenario político se desplaza en su conjunto hacia la izquierda.


Este avance no ha apartado, ni un mílimetro, al Frepaso de su intención de formar una lista única con la UCR, contra Duhalde y el menemismo. Propone una interna abierta para elegir los candidatos, en la que podría intervenir el partido de Béliz. El Chacho Alvarez está convencido de que el ‘establishment’ no está preparado para que el Frepaso pueda gobernar solo, por eso necesita escudarse con la UCR; también calcula con la conveniencia de contar con el aparato radical. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, como la UCR está dividida sobre esta alianza, la ventaja de contar con un aparato dividido es nula. Como se demostró en la experiencia con Bordón, el Chacho Alvarez está dispuesto a sacrificar el primer lugar en beneficio de maniobras que considere más seguras.


Aunque la propuesta es alentada desde los círculos del partido de Clinton, la alianza de la UCR con el Frepaso renguea porque no ha ganado para sí la decisión de ningún sector fundamental de la burguesía, a excepción de algunos bancos cooperativos. Todo parece indicar que los principales círculos capitalistas ‘palpitan’ las elecciones a través de la interna del PJ.


En ausencia de un desenlace brusco de la crisis política, las elecciones parlamentarias del 97 servirán para medir fuerzas en función de organizar una salida de conjunto. Esto y el giro en las intenciones de voto, revelan la importancia política que pueden tener.


La clase obrera debe discutir la cuestión electoral. El Partido Obrero lo hará dentro de pocos días, en su VIII Congreso.