Políticas

29/8/1996|508

Las ‘excepciones’ del Frepaso y la UCR al Estado de Derecho

Cualquiera que siga la prensa centroizquierdista habrá comprobado que el juez Trovato y las pensiones graciables de los diputados se han constituido en los dos grandes medios de vida de Página 12 y del programa Día D. También se han convertido en el gran abracadabra centroizquierdista para superar la crisis del capitalismo —porque, dicen, sin corrupción se podría obtener superávit fiscal y reactivación. Robando menos podría continuar el saqueo del país por parte de la gran banca, sin que la mayoría de nosotros lo lleguemos a notar. El ‘Cavallo’ Alvarez repite esta conclusión cada vez que le ponen un micrófono por delante, lo cual es bastante frecuente.


Pero ocurre que estos defensores del ‘bien público’ vienen ignorando desde hace dos semanas la grosera violación del estado de derecho contra los dirigentes de la organización Quebracho. Como es público y notorio, a aquéllos se les ha fabricado un proceso enteramente basado en el espionaje de los servicios de informaciones, por lo que carece de sustento legal. El Frepaso puso en su momento el grito en el cielo porque les ‘escuchaban’ los teléfonos celulares a sus mandamases, pero no se mosquean por la privación de la libertad de tres ciudadanos obtenida por esos procedimientos durante más de un año. Tampoco les ‘inquieta’ que el juez que aplica esta metodología haya modificado los cargos contra los detenidos, luego de solicitarles la declaración indagatoria, al único fin de impedir su excarcelación. Que, como consecuencia de esto, la acusación inicial contra Quebracho se contradiga con la incorporada a último momento, tiene sin cuidado al juez, al ministerio público y al ‘justiciero’ Verbitsky. Que se tolere la arbitrariedad más completa cuando se trata de militantes populares, desnuda sin apelaciones al represor.


Exactamente la misma conducta tuvo todo el ‘espectro’ centroizquierdista en oportunidad de la represión contra la movilización de los desocupados en Neuquén, el 2 de octubre pasado, que determinó el encarcelamiento de Panario y el procesamiento de numerosos luchadores. El centroizquierdismo dice haber renunciado a un sinnúmero de ‘utopías’ para ganarse el título de democrático. ¿Pero es acaso democracia esta complicidad  ‘intelectual’ con la represión?