Políticas
4/12/2024
Las ganancias de los especuladores con la bicicleta financiera, en el país del hambre
Ganaron más de 30.000 millones de dólares apostando en la bolsa y el carry trade.
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Alza bursátil de los bancos, petroleras y energéticas.
Los grandes beneficiados por la política de Milei fueron aquellos que especularon con la compra de acciones de empresas argentinas que cotizan en la Bolsa de Nueva York. Se calcula que sus accionistas obtuvieron ganancias equivalentes a U$S 22.400 millones durante el 2024. Una “fiesta” bursátil muy costosa para los trabajadores y para el país en general.
Entre las empresas que más aumentaron su cotización se encuentran las petroleras y las energéticas. Por ejemplo, las acciones de YPF subieron 105% en 2024; las de Pampa Energía, por su parte, crecieron en U$S 1.644 millones; y, las de Transportadora de Gas del Sur, treparon 89%. Como vemos, los tarifazos y naftazos que perjudicaron a la población trabajadora tuvieron como correlato ganancias extraordinarias para estos capitalistas.
Los bancos también lideraron la suba de acciones de este año. Las del Grupo Financiero Galicia ascendieron 231%, las del Banco Macro 184%, y, las del BBVA Francés, 219%. Sin dudas, la bicicleta financiera montada por Luis Caputo está detrás de este alza bursátil. La banca se ha volcado de lleno al carry-trade, pasando a pesos parte del aluvión de dólares proveniente del blanqueo para colocarlos en bonos del Tesoro, cuya tasa de interés se encuentra en terreno positivo, superando a la inflación y al ritmo devaluatorio.
Según la Fundación Encuentro, solo entre agosto y octubre, esta operatoria generó rendimientos equivalentes a U$S 10.500 millones. Eso significa un retorno del 45% en dólares, más alto que en épocas de la convertibilidad. Semejante costo financiero a cargo del Tesoro en favor de los bancos contrasta con el ajuste sideral que aplica el gobierno contra el pueblo, que justamente hace subir la cotización de los bonos. Con Milei, los especuladores ganan fortunas mientras se deteriora el poder adquisitivo de los jubilados y la población trabajadora.
Esta burbuja tiene características verdaderamente explosivas. Por un lado, agrava la hipoteca del Tesoro, cuando la misma ya había pegado un salto del 26% en los primeros seis meses de gobierno de Milei tras absorber el pasivo del Banco Central, acentuando el peso de los intereses. Por otra parte, corre el riesgo de desarmarse en cuanto crezca la demanda de dólares -tanto en el mercado de cambios oficial como en el paralelo.
La política oficial prepara las condiciones para que ocurra esto último. Finalmente, el dólar planchado producto de la bicicleta financiera funciona como incentivo para las importaciones de bienes y servicios y fomenta el turismo en el extranjero, provocando un desequilibrio en la balanza de pagos. A esto hay que sumarle las medidas aperturistas del gobierno, como la importación de alimentos como atenuante de la inflación y la extensión del límite a U$S 3 mil para realizar compras en el exterior.
A su turno, la devaluación del real brasileño también pone en cuestión la durabilidad del carry-trade local. Al igual que una eventual decisión de Trump de subir la tasa de la FED, provocando un repliegue de capitales hacia Estados Unidos. Tal como ocurrió durante el macrismo, los platos rotos de la corrida futura se cargarán a la cuenta de los trabajadores.
A este festival de un puñado de empresarios a expensas del pueblo hay que oponerle la organización consciente de los trabajadores luchando por una salida propia.