Políticas

27/12/2002|786

Las jornadas del 19 y 20 en la Capital

Hacia la unidad del piquete y la cacerola

El jueves 19 por la noche hubo una gran jornada de cortes de calle, marchas y cacerolazos en las barriadas en la Capital. Los protagonistas fueron las Asambleas Populares, unidas a las organizaciones piqueteras y vecinales.


En el caso de La Boca hubo una docena de cortes en diversos puntos del barrio, que luego se fueron volcando sobre la Avenida Almirante Brown, donde alrededor de 1.000 compañeros marcharon para confluir con los piquetes que cortaban Martín García en el Parque Lezama. Allí también cuatro Asambleas con alrededor de 300 compañeros convergieron sobre el Parque. Se sumó la Asamblea de Plaza Colombia (Barracas) y desde allí marcharon al Padelai. Más de 50 vecinos de esta casa ocupada, junto a asambleístas de la zona, habían cortado previamente la avenida San Juan. Otro piquete de la Asamblea Plaza Dorrego de San Telmo, junto a los estudiantes de Ingeniería y otros sectores, cortaba Independencia.


En la zona de San Cristóbal fueron varios los cortes y alrededor de 400 compañeros de diversas asambleas confluyeron en Jujuy y San Juan. Una parte de ellos marchó luego al Congreso.


En la Villa 21 de Barracas, fueron alrededor de 100 compañeros los que hicieron una radio abierta, olla popular y corte en Iriarte y Luna. Este piquete estaba constituido fundamentalmente por organizaciones piqueteras (Mtl, Polo Obrero) y vecinales (Comisión de Derechos Humanos, etc.).


En el Bajo Flores fueron también el Polo Obrero y otras organizaciones los que organizaron los cortes con 150 compañeros.


En Cabildo y Juramento se reunieron unos 300 compañeros. En Pueyrredón y Corrientes, alrededor de 200.


Los compañeros de la Asamblea de Parque Patricios y del Polo Obrero cortaron y cacerolearon sobre la tradicional La Rioja y Caseros y luego marcharon hacia el Congreso. Allí, desde temprano, los artistas de Lucharte cortaban la avenida Rivadavia caceroleando. La Asamblea de Congreso, junto a otras de la zona, se concentraron en el Congreso. Hacia allí marchó la mayoría de San Cristóbal y muchas otras Asambleas.


Otras, en cambio, como las del Cid Campeador decidieron marchar luego del corte y cacerolazo a la Plaza de Mayo.


 


El rol de las Asambleas


Las Asambleas barriales intentaron conmover a sus barrios y sacar a los vecinos a la calle. Lo lograron débilmente. Demostraron que cubrieron, organizadamente, casi todo el mapa de la Capital, realizando cortes y cacerolazos. Se encontraron con tibias muestras de simpatía de algunos sectores de vecinos que se asomaban o caceroleaban al paso de las columnas barriales, pero que una vez que estas seguían su recorrido, volvían a sus casas.


En las decenas de activistas barriales que participaban de las convocatorias hechas por las Asambleas Populares había un espíritu revolucionario: el propósito de reeditar las jornadas que un año atrás derribaron al gobierno proimperialista. Imperaba el frente único entre piqueteros y asambleístas.


Las Asambleas Populares en su gran mayoría (salvo en las que tenía influencia IU) habían votado manifestarse sobre Congreso y desde allí a Plaza de Mayo si tenían masivo eco popular. La mayoría de las Asambleas luego de marchar por sus barrios y de concentrar en ciertos puntos (Padelai en la Zona Sur, Congreso las de San Cristóbal, Patricios, el Once, etc.) resolvieron volverse a sus casas para comenzar desde temprano la recepción de la marcha piquetera y la preparación de la gran marcha a Plaza de Mayo del día siguiente.


 


Las Asambleas con los piqueteros


Las Asambleas Populares jugaron un papel importante en la recepción, el viernes 20, de las columnas piqueteras que venían de 4 días de Marcha Federal. La de Congreso (ver nota) fue el eje de la recepción de la Columna Norte. Similar papel jugó la de Parque Patricios para recibir a la Columna Sur y el Polo Obrero de Almagro para la Oeste. A lo largo de su marcha por la Capital, las tres columnas recibieron muestras de adhesión de vecinos y trabajadores.


La marcha y concentración en Plaza de Mayo reunió a ¡100 mil compañeros! Todos los diarios coinciden en que fue la más importante realizada en el período posterior al Argentinazo.


Marcharon casi 200 docentes universitarios de la AGD. Acompañados por más de 50 no docentes de la UBA (en su mayoría de la Roja Granate y de la Bordó), con un conjunto de delegados e internas recuperadas a la burocracia. Estuvieron cerca de 200 telefónicos (con fuerte presencia de los pasantes y contratados). Y una delegación de los trabajadores de Metrovías. Compañeros de la Sanidad (Asis), de la Lista Naranja de Gráficos, de Transportes del Oeste (UTA), etc.


 


Las Asambleas Populares


Las Asambleas Populares marcharon agrupadas en diferentes bloques. La gran mayoría marchó en el bloque que se había referenciado con la Mesa de la Asamblea Nacional de Trabajadores.


Un sector, que se autoarrogó el nombre de Interbarrial de Parque Centenario marchó junto a las fuerzas de Izquierda Unida. Esto al punto que cuando el Mst decidió desviarse de la columna central, a la altura de la avenida 9 de Julio, este sector minoritario de Asambleas Populares lo siguió incondicionalmente.


En la tribuna, Mónica, de la Asamblea 20 de Diciembre de Parque Lezama, señaló: “Estamos muy orgullosos de estar aquí como convocantes, al lado de los que mejor luchan en nuestro país. Estamos luchando de acuerdo con la Asamblea Nacional de Trabajadores ocupados y desocupados, con su programa y sus métodos”. Mientras que Marcela reivindicó, en nombre de la Asamblea Popular de Congreso, la rebelión popular que echó a De la Rúa, como el “comienzo de una nueva etapa, signado por la activa participación del pueblo en la vida política del país. Intervención que, a través del método de la acción directa, está orientada a lograr que sean los intereses de la mayoría nacional los que rijan los destinos del país y no los de la banca internacional y los grandes grupos nacionales y extranjeros”.


 


Asambleas piqueteras


Las Asambleas Populares se han asentado en sus barrios. Una gran parte de ellas se ha hecho “piquetera”.


En primer lugar porque están organizando a los desocupados de sus barriadas; porque enfrentan el hambre y la miseria con sus comedores y merenderos, con la lucha por “planes” y “bolsones”; porque ayudan a la resistencia de los desalojos; etc.


Segundo, porque son el pivote central en el apoyo a la lucha de los trabajadores. Tanto de las fábricas ocupadas (Brukman, Grissinópoli, etc.), como de las luchas del distrito (Metrovías, etc.).


Y tercero, y fundamental, porque participan crecientemente de los congresos obreros convocados por las organizaciones piqueteras, votando sus resoluciones políticas y sus planes de lucha y movilización.