El domingo 3 de junio, Clarín publicó un informe de dos páginas indicando que gracias a la implementación del Plan Federal de Viviendas un “40% de La Cava ya está urbanizada”. El caso, agrega, es un “modelo de reurbanización posible” a seguir por el resto de los municipios del area metropolitana.

¿Es así? De ninguna manera. Las casas construidas son chicas (apenas entra una cama), de pésima calidad (algunas paredes ya se están rajando) y ni por asomo alcanzan para cubrir el déficit habitacional ni el crecimiento vegetativo. Son muchas menos las viviendas presupuestadas que las necesarias.

Los adjudicatarios del Plan Federal, como ocurre con Barrio San Isidro, Angelita y Los Departamentos, no son propietarios ni tienen las escrituras. Así, las “nuevas” casas son, en realidad, depósitos transitorios para futuros desalojados, ya que las tierras que ocupan son las más codiciadas por la patria inmobiliaria local.

“Boom inmobiliario”

En la apertura de sesiones del Concejo Deliberante, el intendente Gustavo Posse había planteado que “San Isidro será el primer distrito sin villas”. Se trata de un viejo anhelo de la patria inmobiliaria local, pues las villas (La Cava en primer lugar) subvalúan las tierras aledañas y ocupan terrenos estratégicos.

Desde que San Isidro es uno de los principales polos de atracción del “boom inmobiliario” que tiene su epicentro en la ciudad de Buenos Aires, los especuladores quieren copar cada centímetro cuadrado de tierra disponible en el distrito. El copamiento capitalista del suelo es impresionante. En las viejas fábricas del distrito y terrenos municipales se están construyendo condominios, lofts y torres. Desembarcaron inversores como Vizora y el Banco Macro para construir megaemprendimientos de lujo del tipo de Puerto Madero o Palermo (Clarín, 25/5). Un rearmado urbanístico que de la mano del metro cuadrado más caro del país (que a su vez empuja los impuestos y alquileres hacia arriba), ha convertido a San Isidro en un distrito expulsivo de las clases medias y populares.

Posse, el “Erradicador”

El Plan Federal es una cortina de humo para favorecer la especulación inmobiliaria. Frente a La Cava, en Beccar, se están montando grandes Condomios de lujo como “El Solar de San Isidro”, en los terrenos de la ex Standard Electric. A pocas cuadras, en el gigantesco terreno de la ex OSN, Cencosud promete construir “el shopping más grande de América Latina”. Aunque la Justicia no ha autorizado aún la construcción y los vecinos se oponen, la Municipalidad ha tomado partido por el pulpo al declarar que “no quiere ni juicio ni un gran terreno abandonado, expuesto a usurpaciones o a convertirse en un asentamiento”.

Posse teme un asentamiento porque su plan de urbanización es incapaz de resolver el problema de la vivienda popular.

Cuando el Municipio compró al Estado Nacional las 22 hectáreas de La Cava en 2001, claramente buscaba llevar adelante una política de erradicación de la población pobre. El mismo Posse “le reconoce a Clarín que no le molesta que lo acusen de erradicador” (Clarín, 3/6). Para ello cuenta con el respaldo de una “Mesa de Integración Social” que integran Casaretto y su red de ONG privadas y de los ex piqueteros de Barrios de Pie y Movimiento Evita.

Son todos Skanska

El Plan Federal ha colocado a la camarilla Posse al frente del manejo de una caja para obras públicas que triplica el erario municipal. De esta manera, ha montado un pool de empresas contratistas que tienen además vínculos con el estado nacional. Las principales adjudicatarias de estas obras son Puppo, Emaco, Construcciones Ecológicas, Sitra, entre otros. La mayoría de ellas cuentan además con acciones e inversiones en los grandes emprendimientos inmobiliarios del distrito.

Al pulpo Chediak, el mismo que ya tiene varios negocios con el Municipio en materia de parquímetros, estacionamientos y obras, en las que sobrefacturó 7 millones en el túnel de Beccar según la AGN, se le adjudicó la construcción del túnel de Boulogne, aunque esta vez lo hará con la santacruceña Esuco, de sólidos lazos con De Vido y otra de las contratistas de las obras del Plan Federal.

Los trabajadores del Plan Federal son todos precarios gracias al acuerdo “Capacitación y empleo” firmado por la Uocra con el municipio.

Éste es el modelo de urbanización de Posse y Kirchner. El mismo de los Macri: especulación inmobiliaria, viviendas y trabajo precarios, y corrupción.