Políticas

23/9/2022

Las patronales industriales quieren más cepo al dólar… para todos los demás

Piden restricciones al acceso de divisas para el turismo, incluso para el Mundial.

Massa con la UIA.

El ministro de Economía Sergio Massa y el secretario de Producción José Ignacio De Mendiguren mantuvieron un almuerzo-reunión con las patronales de la Unión Industrial Argentina (UIA), con eje en la obtención de dólares a valor oficial para las importaciones y el reclamo por un “dólar Qatar”, con restricciones al acceso al “dólar turista”, en el marco del programa económico impuesto por el FMI. Los capitalistas quieren un cepo al dólar para toda la población, pero no para ellos.

El tema central de discusión fue el límite y los problemas a la importación de insumos para la industria producto de la escasez de divisas, en un cuadro donde la política oficial bloquea el acceso a dólares baratos según las metas fijadas como garantía del pago al FMI y a los acreedores privados. Se trata de un beneficio al cual acceden las patronales, que implica un cuasisubsidio del Estado y que les permitiría importar y sobreestoquearse para hacer sus negocios.

El gobierno presentó como un hecho positivo la recaudación lograda con el “dólar soja”, que ya superó las estimaciones de los 5.000 millones de dólares liquidados; además de sumar la expectativa de una reducción de salida de divisas debido al costo de la importación de energía, que debería amainar con el fin del invierno.

Sin embargo, la preocupación oficial y de las patronales es el incremento de la demanda de dólares con el acercamiento de la temporada turística y con el Mundial de por medio, donde participarán más de 40.000 argentinos.

Esto tiene un impacto directo en la salida de divisas. Es que según fuentes del BCRA la salida de dólares por turismo acumula 4.116 millones de dólares en los siete primeros meses del año contra 1.168 millones de dólares del mismo período de 2021, y para el mes de julio los pagos con tarjeta en el exterior fueron 794 millones de dólares. Se estaría hablando de una salida de 9.000 millones de dólares anuales.

Tomar medidas sobre el “dólar turista” para mantener las políticas pactadas con el FMI y el delicado “equilibrio” cambiario implica diversos problemas para el gobierno, partiendo del carácter antipopular de restringir el acceso de aficionados al Mundial y dificultar las aspiraciones de miles de personas que vacacionan en el exterior: muchas de ellas familias trabajadoras que hacen un esfuerzo excepcional.

Los límites de la política de ajuste

Entre las medidas que podría aplicar el gobierno podría implementarse un cupo al “dólar turista”, como ocurre y se ha estrechado últimamente con el cepo a las compras en el exterior, pasando de un tope de 3.000 dólares mensuales a 1.000 dólares.

Otras variantes como el “encarecimiento” del “dólar turista” deberían tener lugar por medio de un aumento sobre el “dólar tarjeta”, a partir de incrementos en la percepción de Ganancias y Bienes Personales, o por medio del aumento del impuesto País, para lo que necesitarían aprobación del Congreso. Estas medidas también acarearían complicaciones y un encarecimiento en el consumo de plataformas de streaming, Spotify y otros servicios como sistema de pagos de medicamentos.

Por otra parte, la implementación del dólar MEP para los gastos en el exterior reduciría la recaudación fiscal y promovería una nueva disparada del dólar. Aunque la propia política oficial, con el “dólar soja” y otras medidas especiales de acceso a dólares para las patronales, implica un desdoblamiento cambiario en los hechos, que alimenta las presiones devaluatorias y expectativas y reclamos capitalistas.

Ajuste hasta 2023 y más ajuste

A todo esto Massa respondió que el plan del gobierno es no hacer olas hasta el 2023, manteniendo una “etapa de estabilización económica” hasta diciembre, juntando dólares, y avanzar en el 2023 con “reformas y crecimiento”.

En realidad el gobierno ya reconoció que no habrá crecimiento el año que viene, producto de su propia política fondomonetarista. Las patronales de todas maneras hacen grandes negocios, aprovechando la aceleración inflacionaria contra salarios y paritarias que ni asoman a ese ritmo.

Otra cuestión que impacta en la economía, la industria y en el consumo masivo y popular, y que el gobierno no se comprometió a modificar, es el de las altas tasas de interés, motivadas por el esquema financiero del Fondo, el “dólar soja” y la bicicleta financiera con las Leliqs.

El gobierno sigue gestionando medidas en favor de los capitalistas y contra la población trabajadora, aunque con poco margen debido a los estrecho de la política económica guiada por el FMI. Todo movimiento oficial implica mayores restricciones y sacrificios para los trabajadores, que impactan en más inflación y ajuste en medio de una carestía y pobreza que se extienden.