Políticas

1/12/2022

Las peores consecuencias de la sequía están reservadas para los trabajadores

Al gobierno solo le interesa rescatar a los capitalistas.

Imagen: AFP.

En un cuadro de sequía como el actual, quienes nos llevamos la peor parte somos los trabajadores. El gobierno no desarrolla ninguna política para mitigar las consecuencias que acarrea crisis hídrica sobre las condiciones de vida de las mayorías; las únicas medidas que instrumenta apuntan a beneficiar exclusivamente a los capitalistas.

Fenómeno “La Niña” y la suba de alimentos

La sequía que azota los campos argentinos está muy vinculada al evento climático conocido como “La Niña”. El mismo es definido por la Organización Meteorológica Mundial como “un fenómeno que produce un enfriamiento a gran escala de las aguas superficiales de la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, además de otros cambios en la circulación atmosférica tropical, a saber, en los vientos, la presión y las precipitaciones”. Algunos especialistas también atribuyen el problema de la falta de lluvias a la desforestación del Amazonas, que provoca un descenso en el ingreso de vientos húmedos.

El fenómeno ya afecta a 163.612.154 de hectáreas, según los datos de la Mesa Nacional de Monitoreo de Sequía, y se concentra principalmente en la zona núcleo (centro-este del país). Se estima que están en riesgo 18,57 millones de cabezas de ganado y 1.800.000 hectáreas de trigo. A su vez, los productores están retrasando la siembra de maíz y soja de la nueva campaña a la espera de mejores condiciones climáticas. Las proyecciones indican que la cosecha de trigo finalizará con 6 millones de toneladas menos que en la campaña anterior y habrá una caída de 3 millones de toneladas en el caso del maíz.

Este panorama implicará una merma en la oferta de dichos productos en el mercado interno, y, por lo tanto, un encarecimiento de los mismos, perjudicando el bolsillo popular. Frente a esto, el gobierno no tiene en carpeta una sola medida para acotar el cupo de exportación en función de abastecer adecuadamente la demanda local y evitar un salto en los precios de los alimentos. Por el contrario, mantiene el comercio exterior del país en manos de un puñado de corporaciones.

Crisis hídrica en la región andina

Debido al calentamiento global, hace aproximadamente diez años nieva menos en la Cordillera de los Andes, lo cual reduce el caudal de los ríos que nacen de las cumbres nevadas y proveen de agua a las provincias del oeste argentino. Sin embargo, quienes gobiernan le confieren a la clase capitalista -particularmente a las ramas de exportación- un acceso preferencial a ese recurso escaso, descargando la crisis hídrica sobre los sectores populares.

En Mendoza, por ejemplo, el río homónimo dejó de alimentar a las lagunas de Guanacache, ubicadas en el departamento de Lavalle, donde desarrollaba su vida la comunidad originaria Huarpe ya que esos humedales acogían una gran diversidad de flora y fauna. Hace décadas se convirtió en un territorio desértico dado que los sucesivos gobiernos de la provincia han ido modificando el curso del río Mendoza en pos de irrigar las tierras en las que se asientan los viñedos, y, por otra parte, captar agua para abastecer a los emprendimientos inmobiliarios y turísticos. Cabe destacar que la producción vitivinícola, privilegiada en cuanto a la distribución de los recursos hídricos -en detrimento de los pobladores- también sale ganando con el tipo de cambio especial y la reducción de retenciones que anunció Massa para las economías regionales afectadas por las heladas tardías; lo cual se traducirá en vino y uvas más caros para la población.

En Neuquén, por su parte, mientras los ríos Limay y Neuquén atraviesan una bajante histórica, persiste el fracking en Vaca Muerta donde cada pozo consume 16.000 metros cúbicos de agua. Como contrapartida, el pueblo de Añelo, lindero a la cuenca hidrocarburífera, se encuentra sin agua hace semanas, motivo por el cual los vecinos vienen de protagonizar importantes cortes de ruta ante la falta de respuestas. Sin embargo, el gobierno nacional le ofrece ventajas cambiarias y todo tipo de prebendas a las petroleras que malgastan el agua y abandona a su suerte al pueblo que padece los faltantes. A su vez, el 55,7% del caudal del río Neuquén se utiliza para el riego, del cual más del 80% va dirigido a los cultivos frutícolas del Alto Valle de Río Negro, explotados mayormente por multinacionales que también gozarán de los beneficios del inminente “dólar economías regionales” y de la rebaja impositiva prometida, que impactarán sin dudas en el precio de las frutas en el mercado interno.

En San Juan, debido a la disponibilidad mínima de agua en los diques, el gobernador Uñac restringió, a comienzos de diciembre del año pasado, la circulación por los canales de riego, perjudicando enormemente a los pequeños productores agrícolas, ya que la sequía también les dificultó la obtención de agua subterránea. En contraste, no hubo prohibición alguna respecto al uso del agua para la mina Veladero, explotada por la Barrick Gold, que tiene permitido utilizar hasta 110 litros por segundo, y, además, contamina con metales el río Jáchal, cuyo agua quedó inhabilitada para el consumo humano. Lejos de recibir a cambio alguna sanción por parte del Ejecutivo, fue premiada como todas las mineras con una mayor disponibilidad de divisas.

Fuera los políticos capitalistas

Como vemos, al oficialismo nacional y a los gobernadores de las provincias solo les interesa reducir el impacto que tiene la sequía sobre las patronales, en particular las exportadoras que generan las divisas necesarias para cumplir la meta de acumulación de reservas del FMI. La oposición patronal comparte por completo este rumbo fondomonetarista, a costa de las mayorías populares. Por eso es necesario que dejen de gobernarnos estos políticos capitalistas, de uno u otro signo partidario, y se abra paso una salida de los trabajadores que ponga por delante la satisfacción de las necesidades sociales.