Políticas

8/12/1992|377

Las petroleras, las nuevas dueñas de Salta

Con la privatización de la cuenca gasífera y petrolera del NOA, como asimismo de la refinería de Campo Durán, un puñado de pulpos (Plus Petrol, Pérez Companc, etc.) han pasado a controlar la principal riqueza de la provincia por chaucha y palito. Para dar una idea de la entrega, YPF gastó en los últimos años 300 millones de dólares para reacondicionar la refinería de Campo Durán, que ahora fue entregada en 61 millones, que serán pagado en cuotas, y donde se incluirán bonos da la deuda. Pero ésta es la punta del negocio, pues los pulpos se disponen a construir un gasoducto para aprovisionar a San Pablo y a todo el sur de Brasil. Cuando el gobierno sostuvo que se había privatizado el 25% de la reserva de gas, equivalente a 145.000 millones de metros cúbicos, o el 10% de las reservas petroleras, ocultaba otra realidad. Según Estenssoro, presidente de YPF, refiriéndo­se a potenciales reservas, se dispone “da suficiente información geológica para que tala« reservas potenciales se conviertan en reservas probadas en los próximos cuatro años” (El Tribuno, 25/11), algo que Luis Rey, presidente de Plus Petrol, confirma, al señalar que las reservas de gas ascenderían a 825.000 millones de metros cúbicos (El Tribuno, 27/11).

Del resultado de estos fabulosos nego­cios, el pueblo de Salta no va a ver un peso. Ya YPF se encargó de realizar la entrega racionalizando a fondo al personal. Ahora las empresas han impuesto una reducción de un 20% en el pago de las regalías pro­vinciales.

Mientras un puñado de pulpos se lleva­rán fuera de la provincia los resultados de la explotación de su principal riqueza, las masas han sido condenadas a la miseria permanente y generalizada. Según un es­tudio realizado por la Universidad de Salta, el 72% de la población está situada en los niveles de pobreza, de tos cuales el 31% lo sería en niveles absolutos.

Existen pueblos enteros que se están hundiendo como resultado de la quiebra de sus fuentes de trabajo, como Campo Quijano, con la crisis en la Boroquímica, o Campo Santo, con el Ingenio San Isidro. De la misma manara, en las zonas poroteras y algunas tabacaleras, los despidos y las pérdidas de los pequeños productores están a la orden del día.

Ulloa sostuvo que los petrobonos que le entregarla el gobierno nocional, por 120 mi­llones de dólares, serían usados como garantía para obtener préstamos para pagar la deuda salarial. Pero ello apenas alcanzaría a cubrir esa deuda. La quiebra financiera del Estado está determinada por el hecho de que parte de la coparticipación está colocada en garantía de préstamos a los ingenios y para rescate de tos bonos, y por la enorme evasión impositiva. El déficit mensual es de 5 millones de dólares.

En este cuadro, ha surgido por primera vez el planteo de que la Legislatura de Salta deberla ser intervenida federalmente (el propio Ulloa quedaría como interventor, así como su cuestionado ministro de Eco­nomía, Guzmán, de la Fundación Medi­terránea, lo que lo habilitaría a gobernar por decreto).

Es necesario retomar la experiencia de la Asamblea Popular que se puso en pie en 1990, para unificar en un único pliego los reclamos de tos explotados y establecer un programa alternativo de salida al hambre y al hundimiento provincial. En este sentido, el PO de Salta viene sosteniendo la necesidad de luchar por la renacionaliza­ción de la explotación gasífera y petrolera y el aumento de las regalías provincial y municipal, el control de tos fondos públicos y de la banca oficial por parte de los trabajadores, reforma agraria y orga­nización en las 2.000.000 de hectáreas fiscales de cooperativas de trabajadores, hacia las cuales tiene que estar destinado gran parte del crédito provincial; control de la producción en los ingenios y grandes fábricas y fincas. O sea, un programa que coloque al pueblo explotado como alternativa de poder a las petroleras y al puñado de oligarcas históricos (Patrón Costa, Cornejo, etc.) y a sus representantes políticos.