Una encuesta realizada por empresas de medicina privada reveló que los usuarios están siendo fuertemente golpeados por el precio de las cuotas, sobre todo por los aumentos ejecutados por las empresas luego de la liberalización de los precios otorgada por el gobierno, al punto de que muchos tuvieron que abandonar sus coberturas o pasarse a planes más económicos.

Las empresas de medicina prepaga vienen subiendo las cuotas incluso por encima de los niveles de inflación. Entre julio y noviembre, Sancor Salud y Accord Salud incrementaron sus precios en un 38,60%, el Hospital Italiano en un 38,30% y la que menos lo hizo fue Hominis, que aumentó sus precios en un 24,60%. En paralelo, la inflación lo hizo en un 14,2%. Según el IPC del Indec, en los primeros diez meses del año la salud acumula una suba del 200%, el doble que la inflación general.

El 10% de los consultados respondió que ya ha cambiado de cobertura producto de la suba de las cuotas, mientras que el 14% dijo que estaba considerando hacerlo. Pero el 28% responde directamente que no tiene cobertura médica. Tanto peor es la situación de los jubilados, que es sobre quienes recae la mayor parte del ajuste fiscal, ya que son rehenes del sistema porque la edad es una traba para cambiar de compañía y que otra los acepte.

Esto demuestra lo usurario de los incrementos. Las prepagas se valen de la necesidad de la población de acceder a atención sanitaria en un contexto donde el gobierno desguaza a la salud pública, para incrementar sus ganancias a costa de los usuarios. Estos últimos ven cómo su salario se pulveriza sistemáticamente producto de las paritarias a la baja negociadas entre las patronales, el gobierno y la burocracia sindical y de tarifazos e impuestazos permanentes, por lo que tienen que elegir entre acceder a atención médica o comer.

Pero esta no es la única estafa. En paralelo, las prepagas se valen de la necesidad de los usuarios para venderles planes médicos “low cost”, cada vez recortados, con menores coberturas y mayores co-pagos, los cuales ahora tienden a proliferar debido a la inviabilidad económica de los trabajadores de costearse un plan con cobertura integral.

Hay que terminar con los negocios espurios de los capitalistas de la salud interviniendo todo el sector y abriendo los libros de las empresas privadas, como punto de partida para el establecimiento de un plan universal e integral de cobertura médica, sin copagos ni co-seguros, de acceso para el conjunto de los trabajadores. Lo mismo vale para las obras sociales, con la votación e integración de las mesas directivas por parte de los trabajadores y afiliados.

Los trumpistas argentinos

Son incompatibles con las necesidades más elementales del pueblo. –

prensaobrera.com