Las ‘emergencias’ provinciales no han hecho sino mostrar el carácter general de la crisis. Las reducciones salariales y la emisión de bonos de confiscación de los trabajadores, han sido incapaces de abrir una salida al proceso económico.

Con ‘necesidades de financiación’ de más de 3.000 millones de dólares para el año próximo, el potencial de emisión y desvalorización de bonos por parte de las provincias es, simplemente, enorme.

¿De qué ‘estabilidad monetaria’ se habla, cuando el BCRA no tiene el monopolio de la emisión de moneda y cuando la circulación del peso es superada por los bonos en la segunda provincia del país?

¿De qué ‘respaldo del peso’ se habla, cuando las reservas respaldan una fracción cada vez menor del dinero realmente en circulación?

¿De qué ‘equilibrio fiscal’ se habla, cuando las ‘necesidades de financiamiento’ de las provincias más que duplica el déficit que registró este año el Tesoro Nacional?

¿De qué ‘estabilidad del tipo de cambio’ se habla, cuando una fracción —creciente— del dinero en circulación (los bonos) no se cambia con el dólar a la mítica relación ‘1 por 1’ fijada por la ley, sino a razón de 1,30/1,40 por dólar?

El derrumbe de las provincias desmiente todas las versiones ‘optimistas’ (interesadas) acerca de la ‘superación’ de las ‘dificultades’ del ‘plan’ Cavallo.