Las volteretas y las incoherencias del PTS

Bolivia, entre un referéndum y otro

Un día antes de las elecciones que llevaron a Evo Morales a la presidencia, el PTS decía que el candidato indigenista y el derechista Jorge “Tuto” Quiroga (Podemos) eran lo mismo; por tanto, había que votar en blanco. Un día después de aquellos comicios, sin embargo, se atrevieron a sostener que la victoria de Morales había significado la derrota de “las fuerzas empresariales”. Tiene sus dificultades debatir con estos saltimbanquis políticos, que no se hacen cargo de lo que dicen y de continuo deben ocultar y/o distorsionar sus propias posiciones de la víspera. La aclaración viene al caso porque los amigos bolivianos del PTS han decidido volver a cambiar el eje de la polémica que emprendieron contra el Partido Obrero; ahora se olvidaron del voto en la Constitución y discuten el referéndum de 2006.

En julio de aquel año, cuando se eligieron representantes para la Asamblea Constituyente y, al mismo tiempo, se hizo un referéndum por las autonomías regionales que exigía la derecha, el PTS también se abstuvo. Es decir, se dio modos de declararse neutral frente a una propuesta de secesión de Bolivia, nada menos. Ahora, distorsiones mediante, defienden aquellas volteretas y aquella neutralidad para tratar de defender su reciente abstención, esta vez frente a la Constitución pactada entre el MAS y la derecha. Pero, como les ocurre casi siempre, sus argumentos se les vuelven un bumerán en su propia cabeza.

El PTS dice ahora que se abstuvo entonces, en 2006, porque aquel referéndum sobre las autonomías que exigían los latifundistas “fue pactado en el parlamento por el MAS con Podemos y toda la derecha” (artículo de la LOR-CI, desde La Paz). El argumento es curioso: como derechistas e indigenistas se complotan, no debemos rechazarlos sino abstenernos. Pero, como se abstuvieron entonces lo hacen ahora ante otra maniobra similar, que derivó en una Constitución latifundista, que preserva los “derechos adquiridos” de los grandes propietarios. Las “abstenciones” del PTS ignoran condiciones y circunstancias, son siempre auto-referenciales.

Aunque cuando se votaron las autonomías, en 2006, Evo Morales defendió el Sí durante dos meses, después de haber llegado a un acuerdo con la derecha, apenas un par de semanas antes de los comicios dio un giro abrupto y convocó a rechazar las autonomías exigidas por la “media luna”.

El voto del Partido Obrero contra las autonomías fue declarado desde el principio. De ningún modo obedeció a los cambios de frente de Morales, ni a sus acuerdos ni a sus tironeos con la derecha, sino al hecho de que “la autonomía es un reclamo de la oligarquía, para ejercer una soberanía propia sobre los recursos petroleros de la región y para enfrentar la movilización de los trabajadores sin tierra contra los grandes latifundios, y contra la expulsión de los campesinos de sus tierras” (Prensa Obrera Nº 953, 6/7/06).

En su nota, la LOR recuerda que, en el referéndum de 2006, “el gobierno tomó distancia anticipadamente del voto No, y… acordó con las oligarquías que el tema de las autonomías departamentales sería incluido en las deliberaciones de la Constituyente” ¡Razón de más para votar No! ¿Cómo abstenerse ante un pacto derechista de esa magnitud? Apenas empezado el discurso, esta gente se enreda con sus propias palabras y pierde noción de lo que dice.
Esto es: justifican la abstención de entonces por aquel pacto de Morales con la derecha en favor de las autonomías, cuando esa misma razón obligaba a votar más que nunca por el No. En cambio, justifican la abstención de ahora por la razón opuesta, porque ya no habría pacto sino un conflicto entre el gobierno y los derechistas. Aunque nadie puede saber cuándo, un reloj parado da la hora correcta dos veces al día. El PTS no.

(Dejamos para otra ocasión el hecho de que el PTS también se abstuvo en el referéndum sobre la Constitución europea, que impulsaba el conjunto del imperialismo, alegando que una fracción de la derecha apoyaba el No. Ahora va la rastra del Nuevo Partido Anticapitalista, cuyo referente, Olivier Beçansenot, consiguió un lugar destacado en la política francesa gracias a su denodada campaña por el No a la Constitución europea. Como se ve, las abstenciones del PTS las dicta la malsana obsesión de no cambiar de imagen ante el espejo.)

En aquel momento, el PTS sostuvo también que el voto por el No, “puede ser interpretado como un reconocimiento de ese antidemocrático mecanismo (por el referéndum)” (La Verdad Obrera, 29/6/06). He ahí la postura de una organización pseudosocialista, preocupada por la formalidad jurídica de las instituciones de gobierno. A ellos no les inquietan las masas ni los conflictos reales, sólo les importa el curioso código de valores… del PTS. Lo que salta aquí, al circunscribir al referéndum la denuncia de antidemocrático, una idealización de la democracia burguesa representativa. ¡Pero aquí también está presente el “mecanismo antidemocrático”! También las elecciones entre candidatos son referendarias, porque las masas son invitadas a optar entre dos o tres candidatos de la burguesía en el 99,99 por ciento de los casos. La secta que lleva por marca PTS confunde la “independencia de clase” con la abstención retórica y la neutralidad. No es independencia de clase, sólo se refiere a la independencia del PTS respecto de la realidad, a su independencia de decir cualquier cosa y de justificar todas sus volteretas y todas sus incoherencias.

Alejandro Guerrero