Políticas
19/9/2025
Laura Carboni: “un porcentaje muy importante de la sociedad acompaña el reclamo de las universidades”
Entrevista a la docente y secretaria general de AGD UBA, luego del rechazo al veto de Milei a la Ley de Financiamiento Universitario.

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Corresponsal.
En los últimos días se vieron muchas Lauras Carboni. La que participó de una asamblea de la Facultad de Exactas de la UBA, la que se hizo presente en el CBC Paternal, en Veterinaria, en Medicina, la que dice que se olvidó todo lo que hizo porque “hubo mil cosas”, la que canta con un megáfono en la columna de la movilización del miércoles mientras afilia gente a su sindicato, la que habla e inspira estudiantes, la que espera nerviosa, la que festeja que ganó porque se rechazó el veto de Milei a la Ley de Financiamiento. La entrevista que sigue fue hecha a esta última.
Hay una sola Laura Carboni. Es Secretaria General de la AGD-UBA, uno de los sindicatos docentes más importantes de la universidad. Milita en el Partido Obrero y en la agrupación Naranja de Docentes Universitarios. Es profesora de Introducción al Pensamiento Científico en el CBC desde hace 28 años. Es docente de Filosofía y Formación Ética y Ciudadana en el colegio Carlos Pellegrini y da clases en el Instituto Terciario Joaquín V. González. “Me gusta decir -indica- que soy formadora de formadores”.
¿Cuáles son las primeras conclusiones que sacas del rechazo al veto sobre la Ley de Financiamiento Universitario?
Lo primero es que la organización, la sistematicidad y la continuidad de las acciones y medidas de fuerza son las que colocaron este reclamo en primer plano en toda la comunidad universitaria y generaron, como el año pasado, movilizaciones masivas en todo el país. Y esas movilizaciones masivas de la comunidad universitaria, desde ya rebelada frente al veto, el ninguneo y el vaciamiento de este gobierno con la universidad pública colocaron el reclamo en las calles pero también frente a los ojos de diputados y diputadas que el año pasado no tuvieron ningún problema en brindarle el veto a Milei.
Este año, el gobierno va perdiendo apoyo popular y, producto de no tener ese apoyo, no puede seguir aplicando la “motosierra” como se le cante. Y el otro elemento que se suma acá, que también es una conclusión, es que en la calle ya no estuvo solamente la universidad, también se hicieron presentes muchos trabajadores y trabajadoras, empezando por el Garrahan: también se votaba la ley de Emergencia Pediátrica y sus trabajadores vienen luchando en contra del ajuste del hospital, por salarios, igual que nosotros. Esa unidad y esa coordinación permitió que ayer estuviéramos en la calle estos dos sectores fuertemente, pero que nos acompañara un porcentaje importante de la sociedad que quiere defender la salud pública y la educación pública sobre todo de carácter superior. La universidad es una de las cosas más apreciadas en nuestro país, en el sentido de que sigue siendo gratuita, de calidad, con ingreso para todo el mundo. Con condicionamientos obviamente, tampoco vamos a decir que todos ingresan como sí nada, pero sí le permite a muchos sectores de la clase obrera ingresar y ser la primera generación con título universitario, con formación, tener una profesión y en el caso de que así lo quieran hacer, desarrollar investigación científica, porque en la universidad, más allá del Conicet y de otros organismos muy importantes para nuestro país también se produce conocimiento, el 60% de la investigación de Argentina se produce ahí.
¿Qué papel tuvieron los bloques políticos en el Congreso y qué rol jugaron los paros, las clases públicas, las ocupaciones de las facultades?
Los bloques legislativos obviamente evalúan esta situación que te indiqué antes y eso tiene su impacto en los debates que hay en el Congreso. Quiero decir, no porque genuinamente recojan el reclamo popular sino porque todo el mundo claramente intenta despegarse de un gobierno que viene en retroceso y además se da en el marco de la campaña electoral hacia las elecciones de octubre. Entonces yo creo que el movimiento logró colarse en esa coyuntura, porque el año pasado también hicimos movilizaciones masivas. En ese sentido, las clases públicas, los paros, las ocupaciones mantuvieron el conflicto abierto en la escena política y, desde ya, profundizaron la conciencia de lo que está pasando. No hubiera sido igual si esto no se daba a lo largo y a lo ancho del país. Esto lógicamente fue algo que nosotros promovimos en la Universidad de Buenos Aires por nuestro sindicato AGD-UBA y también lo hizo un sector muy grande de la docencia que se siente conmovida. Lo mismo ocurre con el movimiento estudiantil, que empezó como el año pasado a aparecer en este segundo cuatrimestre de manera más firme.
¿Cómo sigue esta situación de cara a la votación en el Senado del 2 de octubre?
Nosotros ahora estamos volviendo a las aulas para compartir esta alegría con todos y todas. Tenemos también que seguir reforzando para que la movilización cuando se trate en Senado efectivamente sea tan grande como la de hoy. No se le escapa a nadie que hay otros números. En Diputados era más complejo y, de hecho, el año pasado nosotros perdimos en Diputados. Pero también es real que no queremos confiarnos porque no confiamos en los sectores que son representantes de los partidos patronales. Entonces vamos a movilizar fuertemente y vamos a seguir con acciones a partir de la semana próxima, que sería la previa al tratamiento. Hay que seguir luchando para que la ley finalmente se ponga en vigencia porque una vez que tenes la ley, hay que reglamentarla: este gobierno ya anunció que la va a judicializar y por lo tanto tenemos muchas etapas más por delante.
Como dirigente sindical, ¿Cómo ves la situación general de los trabajadores y la continuidad del gobierno de Milei?
La situación es gravísima, en una situación de crisis, hay despidos, hay familias que se quedan sin sus sustentos porque las fábricas cierran, las patronales desaparecen sin dar ningún tipo de explicación. Hay una fábrica como la gráfica Morvillo (en Avellaneda) que hace ocho meses que está ocupada por sus trabajadores, mientras las patronales no dan ningún tipo de respuesta, pero tampoco la da el gobierno de la provincia de Buenos Aires ni el gobierno nacional ni nadie. En este momento hay en Pilar una fábrica que está atravesando la misma situación y veo que hay 300 familias en la calle que están haciendo un corte para protestar por los puestos de trabajo. En el sector público ya se vio que cuando este gobierno asumió arrasó con con casi todos los organismos, desmanteló los sectores de Derechos Humanos, y de Ciencia y Técnica,.
En algunos casos se pudo frenar donde hubo, por ejemplo, asambleas multisectoriales, como en el caso del Inti, pero en otros hay gremiales o sindicatos que no estuvieron a la cabeza de esas luchas y permitieron que los despidos avancen con el argumento de que este gobierno tiene mucho apoyo popular y por lo tanto no había forma de hacerle frente. Ahora se demuestra que cuando uno tiene una continuidad en la lucha, el mismo gobierno que estaba en unos porcentajes altísimos de popularidad el año pasado es el mismo que este año está saliendo a decir que va a ser una autocrítica que en realidad nunca sucedió. No puedo hacer futurología, no sé si el gobierno va a continuar, está muy débil, eso se ve a las claras. No puede negociar con los sectores que le eran afines completamente y tiene la calle ocupada. Nosotros además de las movilizaciones por universidad específicamente participamos de la movilización que se hizo el 12 de septiembre organizada por el Plenario Nacional que organizaron los sindicatos combativos, el movimiento piquetero, y las agrupaciones de jubilados y jubiladas. Fue una marcha muy grande y hay muchos sectores que se sumaron porque necesitan canalizar la bronca, la indignación y su lucha contra este gobierno hambreador.
