Políticas
10/5/2020
Le dicen Horacio Fernández Larreta
Sobre las crecientes coincidencias entre los ejecutivos nacionales y de la ciudad
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Un día antes de la votación en la legislatura de la mal llamada “Ley de emergencia” impulsada por Larreta, Fernández declaró en una entrevista radial que la situación en las villas de la ciudad estaba controlada y apoyó la gestión de Larreta en su punto de mayor crisis. De esta manera el presidente hace caso omiso de que en los barrios precarios se expande rápidamente el virus mientras se carece de las necesidades más elementales desde el punto de vista humano y sanitario, incluso el agua.
En la cadena nacional, el presidente Fernández fue quién presentó de forma confusa la situación en las villas de CABA. Dijo que de los testeados en las villas dan positivos en un 60%. Esta información no mereció explicación alguna por parte de Larreta, quién se dedicó a presentar el levantamiento de la cuarentena para actividades que están lejos de ser esenciales, como las florerías o juguetearías. Mientras tanto, no se da una política para resolver los problemas que denuncian los vecinos de las villas.
Estas declaraciones, viniendo de los líderes de los gobiernos en la misma semana que se votó una ley que le reduce presupuesto al instituto de la vivienda y congelamiento salarial, son un encubrimiento político total.
Y por si faltaban pruebas de esta política común, los sindicatos dirigidos por el kirchnerismo, se abstuvieron de organizar el reclamo contra el proyecto de Larreta. Estuvieron ausentes en la acción en la legislatura en rechazo de la Ley de Emergencia. No por la situación de cuarentena, ni por los cuidados que corresponde tener. El motivo es que como parte de la fuerza política en el poder comparten la misma orientación de ajuste que los gobernadores que amenazan con rebajas o pagos en bonos. Así como Larreta del PRO, Arcioni o Schiaretti del PJ, quieren descargar la crisis generada por la pandemia sobre los trabajadores.
Mientras Fernández elogió las rebajas salariales del 25% acordadas con la UIA y la CGT, difícilmente la oposición de los sindicatos kirchneristas al ajuste salarial de Larreta pueda considerarse más que una impostura. Suena poco creíble para cualquier trabajador.
El remate de esta orientación de todo el régimen político fue la carta firmada por el gobierno nacional y los “opositores”, Larreta incluido, de acompañamiento a la restructuración y el pago de la deuda externa. Lo cual también mereció una declaración de apoyo de la Ctera.
Cada bloque político representa a diferentes grupos capitalistas que presionan para flexibilizar la cuarentena a cualquier costo. Esto lleva a choques, ya que el cumplimiento directo de sus planteos llevaría a un desastre sanitario de proporciones enormes. Distintos grupos compiten también por distintos beneficios, de apoyo financiero estatal y en relación a la cuarentena. Sin embargo acuerdan en cuestiones estratégicas, como hemos denunciado oportunamente en los debates en el Congreso Nacional a propósito de la restructuración de la deuda y el proyecto de gravar a las fortunas que finalmente nunca presentaron.
En cambio el Partido Obrero plantea el no pago de una deuda fraudulenta que ha crecido exponencialmente. Con el fin de contar con los recursos para abordar las crecientes necesidades populares, que la pandemia agrava, proponemos incrementar los impuestos a los bancos, a la gran industria, a los especuladores inmobiliarios y terminar con los beneficios impositivos a las Iglesias – para lo que también presentamos un proyecto legislativo-.
La importancia de la independencia política de los trabajadores y sus organizaciones
La organización de la jornada del jueves 7 en la legislatura corrió exclusivamente por los partidos que integran el FIT unidad y los sindicatos independientes o internas recuperadas. Lo precedió una campaña pública con denuncias sobre las implicancias del proyecto. Las intervenciones en la legislatura de la ciudad donde Gabriel Solano llamó en plena sesión a organizar el rechazo al proyecto, las instancias preparatorias como fueron las audiencias junto a Tribuna Docente y Tribuna Municipal, las asambleas y petitorios en los lugares de trabajo (que tanto revuelo generó entre los municipales), el impulso para organizar el reclamo entre los trabajadores de Salud y, finalmente, la medida concreta en las puertas de la legislatura, que fue registrada por todos los medios, empujaron a que el artículo 19 del proyecto original de pago en cuotas fuera retirado del texto aprobado.
La contrapartida, como dijimos más arriba, fue el silencio total – a lo sumo flyers autorreferenciales- de los sindicatos como Sutecba, Amet, UTE, UDA, ATE, Agtcyp, que no movieron un dedo e incluso agitaron contra la movilización.
Los votos en la legislatura del Frente de Todos fueron negativos, pero la pose de rechazo es una impostura. Está vez, como en otras oportunidades sucedió, no le hacían falta al macrismo para aprobar el proyecto. Pero cuando se trata de cuestiones estratégicas, como el endeudamiento, la venta de tierras y la atención a demandas de trabajadores votan juntos o se autoencubren como sucedió en la cadena nacional del viernes 8. Cuando hacen falta los votos, los Fernández-Larretistas aparecen.
A medida que recrudece la crisis, con despidos, suspensiones con rebajas, el aumento de los contagio en las villas, resulta cada vez más importante organizar la intervención de los trabajadores. Es necesario establecer el control obrero de estas actividades “esenciales” que anunciaron oficialmente, defendiendo todos los protocolos de seguridad e higiene y, organizando como corresponde a los sindicatos la defensa de los derechos laborales más elementales. Lo ha demostrado recientemente el SUTNA logrando garantizar el cobro del 100% del salario de los trabajadores del neumático. También lo expresan los Sutebas multicolores al frente de la lucha de la docencia, o Ademys que ha organizado el rechazo al proyecto de Larreta entre otras direcciones independientes que han colocado el interés de los trabajadores como guía de la acción en tiempos de pandemia.
La dramática situación de los habitantes de las villas, que ni Larreta ni Fernández atienden, debe ser tomada por las organizaciones de desocupados y barriales para establecer medidas concretas de seguridad, higiene, atención sanitaria, subsidio de 30.000 pesos al desocupado, aumento del presupuesto para las obras en las villas, incremento de los alimentos de los comedores –como reclamó esta misma semana el Polo Obrero.
Sobre esta base el Partido Obrero de la capital convoca a sumarse para desarrollar las luchas contra los gobiernos capitalistas.