Políticas

19/8/2025

Leonardo Scatturice: inteligencia, empresas fantasmas y negocios "con la nuestra" del nexo entre Milei y Trump

Sociedades con Hadad y contratos públicos sin licitación del empresario tras las valijas que no controla la Aduana.

Scatturice y Hadad.

El escándalo de las valijas sin declarar que ingresaron al país en el jet privado del empresario Leonardo Scatturice expuso la complicidad de la Aduana en un contrabando millonario y dejó al descubierto un entramado donde se cruzan negocios con el Estado, operaciones de inteligencia paralela y vínculos directos con uno de los principales empresarios de medios del país: Daniel Hadad, dueño de Infobae. El mismo medio que ataca cotidianamente a la izquierda y a las organizaciones piqueteras es, al mismo tiempo, socio, vecino y prestamista del supuesto “ex espía” favorito de Milei.

Las investigaciones demuestran que Hadad y Scatturice compartieron sociedades, operaciones inmobiliarias en Miami y hasta domicilios comerciales que se usaron para montar empresas fantasma ligadas a tareas de inteligencia. En el departamento que Hadad le vendió a Scatturice —financiado con un préstamo del propio empresario de medios— funcionó la sede en Estados Unidos de C3 Consulting, la firma señalada por fabricar denuncias truchas en la Aduana y por montar operaciones para la Side. Es decir: negocios inmobiliarios, contrabando y espionaje, todo con epicentro en la sociedad Hadad–Scatturice.

La propia abogada Natalia Volosín reveló la existencia de al menos veinte sociedades interconectadas entre ambos, muchas de ellas sin actividad comercial visible, que replican un esquema típico de lavado de dinero. Allí aparecen nombres ligados a la Side, al macrismo y ahora al gobierno libertario, como así también ex periodistas de Infobae convertidos en lobbistas de Scatturice en Estados Unidos.

La trama se vuelve aún más escandalosa cuando aparece el yerno de Hadad, Mario De la Fuente, viejo socio y amigo de Scatturice. De la Fuente fue agente de la Policía Bonaerense y estuvo condenado por encubrir a los responsables materiales de la represión del 26 de junio de 2002 en Avellaneda, donde fueron asesinados Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. En particular, fue señalado por mover los cuerpos de los militantes masacrados para encubrir a la Bonaerense y al poder político. Hoy aparece como socio en empresas con Scatturice y como patrón de la propia Laura Arrieta, la mujer que entró con diez valijas sin control en el aeropuerto.

Detrás del “valijagate”, se esconde una red de negocios que involucra a quienes participaron del encubrimiento de uno de los crímenes más aberrantes de la historia reciente contra el movimiento piquetero. Los mismos que en aquel momento operaban para ocultar a los asesinos de Kosteki y Santillán son los que hoy se enriquecen con contratos millonarios del Estado, operaciones de inteligencia y contrabando. Bajo gobiernos de distinto signo político, esta camarilla se mantuvo siempre a resguardo, reciclándose y obteniendo beneficios.

Este entramado turbio es el nexo del gobierno de Milei con el entorno de Trump. Scatturice es uno de los organizadores de la Conferencia de Acción Política Conservadora, grupo de lobby derechista del trumpismo a nivel internacional. Como empresario viene profundizando sus negocios con el Estado (o sea, "con la nuestra") de la mano de Milei: sus lazos directos con Santiago Caputo lo favorecen como beneficiario de contratos con la Side por medio de su empresa Tactic COC LLC, y su firma OCP Tech presta servicios millonarios evadiendo licitaciones al Ministerio de Economía, Educación, Anses y la Secretaría General de la Presidencia que conduce Karina Milei.

Vale destacar además que Scatturice viene de concretar la compra de Flybondi, tentado con la política de desregulación y precarización laboral en el sistema aeronáutico. Es que la firma funciona más como una cueva financiera: sobrerreserva pasajes y cancela vuelos, utilizando el flujo de fondos para especular, mientras los trabajadores del sector son sometidos a peores condiciones laborales y los usuarios padecen suspensiones y reprogramaciones constantes.

Se trata de un régimen político montado sobre la asociación entre capitalistas parásitos, medios de comunicación patronales y servicios de inteligencia. Un régimen que garantiza la impunidad de los responsables de la represión y la miseria, mientras descarga el ajuste sobre el pueblo trabajador. Solo la acción independiente de los trabajadores, con la movilización en las calles, puede enfrentar a este gobierno de delincuentes y ajustadores, y abrir paso a una salida de los explotados.

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prensaobrera.com