Políticas

23/12/1992|379

Lestelle o “una crisis política incalculable”

El “trascendido" que publicó el diario Clarín, según el cual el secretario para Asuntos Latinoamericanos de la Cancillería de los Estados Unidos, Robert Gelbard, había impugnado la continua­ción de Alberto Lestelle en la Secretarla de Prevención del Narcotráfico, provocó una reiterada desmentida de la embaja­da norteamericana en Buenos Aires y, según todo lo indica, una desmentida del propio Gelbard ante el embajador ar­gentino en Washington. Ámbito Finan­ciero aprovechó la circunstancia para descargarle un rotundo calificativo a su "colega" Clarín, Alberto Lestelle está acusado, con sólidas pruebas, de alber­gar en su Secretaría a la “mano de obra desocupada "perteneciente al "proceso" y de usarla para ejercer el espionaje político contra dirigentes de la oposi­ción. Es acusado también de estar involucrado él mismo en el narcotráfico e incluso de haber ordenado el asesinato de un narco qué |o estaba chantajeando desde Brasil.

Lestelle y su Secretaría dependen de la Presidencia de la Nación. Aunque Menem exhortó a su subordinado a pre­sentarse ante la justicia para decir lo que tuviera que decir, Lestelle se cuidó muy bien de no seguir el consejo, suponemos que por otro consejo en sentido contrario que le diera su propio consejero. El propio Cavallo Intervino en el entrevero para apo­yar a Lestelle, con declaraciones desde Japón, lo cual da una idea de lo que podría estar en juego en todo este asunto. Después de todo, las "libertades "que otorga el "plan Cavallo" para operar anónimamente en el mercado financiero es una de las principa­les razones que llevan al ministro a pensar que podría entrar nuevamente capital go­londrina en Argentina —un medio típico para el lavado de dólares.

Lo cierto, sin embargo, es que ni la conexión con los narcos ni el espionaje político han sido aún esclarecidos, y esto a pesar de que la propia Side estaría viendo con malos ojos la "competencia" de Lestelle, Pero que éste no se encuentra totalmente seguro lo revela también, fuera de lo ya dicho, que Duhalde está haciendo campaña para que lo reemplace Piotti.

El “trascendido" de Clarín era, sin embargo, demasiado específico para resul­tar exclusivamente una mentira. La menor dosis de verdad que contuviera la informa­ción habría sido suficiente para delatar un nuevo gran conflicto entre Menem y los que lo bancan. La verosimilitud de esta hipótesis queda en evidencia en el comentario político de La Nación del pasado jueves 17, cuando afirma: "En las actuales condiciones (!), la eventual caída de Lestelle podría provocar un síndrome político de Incalculables (¡) efectos, y a esa posibilidad responde que el propio subsecretario para Asuntos Latinoamericanos, Robert Gelbard, desmintiera desde Washington enfá­ticamente la versión que se le había atribuido en Buenos Aires".

Muy claro. Gelbard impugnó a Lestelle y luego desmintió su impugnación para evitar "una crisis política de incalculables consecuen­cias", Se repite entonces la maniobra del Yomagate cuando Jaro6lavsky y Bauzá pactaron poner el asunto en sordina para preservar la "gobernabilidad”. Detrás de semejan­tes contubernios siempre está el propio imperialismo. Los yanquis aprietan pero no ahorcan, porque todavía tienen materia para exprimir del limón menemista.

El tema que sigue planteado es que una banda de criminales vinculada al narcotráfico está realizando espionaje político desde una oficina del Estado nacional.