“Levántate y anda”
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En el lapso de unas pocas horas se produjo en el país la mayor confiscación económica en perjuicio de la población trabajadora en toda la historia argentina. Antes incluso de asumir, Menem había dejado trascender un violento plan que despojaba brutalmente a los trabajadores y a la empobrecida clase media hasta un punto en que el salario mínimo quedaba reducido a un litro de leche y a un kilo de pan diarios. El monstruo capitalista tomó un nuevo impulso con la suba del nuevo gobierno y en una ofensiva contra el pueblo en ruinas, asumió como propia la consigna del nuevo presidente: Capitalista, “levántate y anda".
Las violentísimas remarcaciones que aún siguen a todo galope (carne, frutas y verduras) no obedecen a ningún tipo de “racionalidad” económica. No se basan en un análisis de los costos (que nadie conoce), sino en los llamados “colchones” y “antecolchones”, o sea que tienen un carácter exclusivamente especulativo. El “ajuste” de los precios se hizo teniendo en cuenta la inflación por un lado, a la que se sumaron las desconmensurables tasas de interés por el otro (¡200% mensual!). Por eso un economista pudo escribir en el “Cronista Comercial” que los precios están doblemente indexados: por inflación y por incorporación de los intereses.
Dada esta “sobre-inflación”, la consecuencia de un real plan antinflacionario hubiera debido ser la reducción de los precios, al eliminar de ellos su componente especulativo, el que en algunos productos supera el 150%. El dólar hubiera debido bajar, por ejemplo, a ₳ 180, que es el nivel que tenía, según la información estadística, al iniciarse el plan austral. Todo esto hubiera producido la revalorización del salario y del consumo, que es siempre la consecuencia natural de un plan “anti-inflacionario”. El plan BB ha producido, por el contrario, la desvalorización histórica del salario y la caída histórica del consumo, al “inflar” por la acción despótica del Estado los beneficios de carácter especulativo.
Menem y el equipo económico pretenden un dólar “recontra-alto” y al mismo tiempo de combatir la “hiper”, lo cual es un contrasentido. ¡Pero un dólar sobrevaluado significa que no tiene relación con los precios internos y que tampoco se justifica para hacer competitiva las exportaciones argentinas en el exterior! ¡Este dólar “recontra-alto” respecto a los precios lo es todavía mucho más con relación a los salarios, al punto que el salario mínimo de julio equivale a menos de 30 dólares!
No hace falta mucha viveza para darse cuenta que este dólar “recontra-alto” fue puesto para beneficiar a los grandes pulpos agroexportadores, comenzando por el que representa el ministro de Economía. Bunge y Born, que monopoliza las ventas al exterior de granos, harinas y aceites, se queda así con un superbeneficio de por lo menos el 150% en dólares transformando a la colocación de sus hombres en ministros peronistas en la inversión de mayor rendimiento empresarial de toda la historia. De febrero a junio el dólar de exportación se valorizó (sin retenciones) 30 veces mientras que los costos internos, los precios y los salarios lo hicieron entre 10 y 6 veces, respectivamente. La diferencia ha ido a la Caja de Bunge y Born y a otros pulpos exportadores.
Los otros beneficiarios del plan BB son los tenedores de la deuda interna que, no por casualidad, son también Bunge y Born, el Citibank, Pérez Companc y Bridas. A éstos se les asegura el pago integral de los bonos a una cotización convertida a dólares “recontra-altos", algo que es un verdadero “milagro” por parte de un Estado en bancarrota. En los próximos 60 días se hará efectivo el pago del 70% de las rentas y hasta las amortizaciones de los títulos en circulación, lo que ha provocado un incremento del ¡51 %! en la cotización del BARRA. El plan BB es un “choreaje” a manos llenas. Tarifazos y devaluaciones mediante, el pueblo argentino ha sido inmolado en beneficio de una facción capitalista sin patria. “Levántate y anda”, le ha ordenado BB al "paralítico” Estado argentino, quien en actitud poco bíblica pagará a los usureros con la penuria del pueblo.
Un reducidísimo sector de la gran burguesía se ha apropiado, así, de superbeneficios colosales. La "torta” ha quedado concentrada en un sector que, no por casualidad, ha acaparado las Secretarías y Ministerios. Cuando en Prensa Obrera (N° 270, 14/6) dijimos que “el Estado y el gobierno menemista dependen ahora del Balance de Bunge y Born y de su cuenta de Resultados”, no estábamos empleando una figura literaria, sino que hacíamos una afirmación rigurosamente contable.
El plan Menem-Bunge y Born no abre para nada un proceso de estabilidad económica sino que reafirma y reestructura las condiciones de la especulación financiera que caracterizaron al “rodrigazo”, a la tablita de Martínez de Hoz, a los planes de Sigaut-Cavallo, y a los planes “austral”, “australito” y “primavera”. Ahora se deja fijo nuevamente el tipo de cambio, con tasas de interés altas, para dar pie a nuevas “bicicletas financieras", cuyos beneficios el Chase Manhattan ya está publicitando con solicitadas en los diarios. En esta “bicicleta” ya están metidos los grandes exportadores, que ahora liquidan los dólares retenidos o los de las exportaciones próximas. Es por ello que cuando Menem dijo en la Asamblea que “era hora de dejar de lado los negociados por los negocios”, no hizo más que retomar el hábito del “doble discurso” alfonsinista.
En febrero, cuando Sourrouille dispuso la devaluación parcial del austral, una franja mayoritaria de los grandes “capitanes” había quedado atrapada con bonos, títulos y depósitos nominados en australes, lo que les significó una desvalorización importante de sus capitales. Es por ello que no le perdonaron la vida a Sourrouille, Machinea y Alfonsín y desataron la más grande conspiración hiperinflacionaria de la historia, para resarcirse de las pérdidas especulativas que habían sufrido. Políticamente, esto volcó a los “capitanes" que aún no lo habían hecho al campo del menemismo, después de haber estado durante cinco años apoyando las “bicicletas” radicales.
Como los “capitanes" aprendieron la lección, ahora no solamente organizan una nueva “bicicleta”, más gigantesca aún, por cierto, sino que se apropian directamente de los ministerios, para no ser “sorprendidos” en la próxima crisis que engendrará inevitablemente este plan. Tienen rigurosamente en sus manos el Banco Central, el Ministerio de Economía y las secretarías económicas. Lejos de formar un gobierno de “unidad nacional”, Menem ha formado el gobierno de una “facción” capitalista.
Desequilibrios y crisis
Toda esta colosal transferencia de beneficios en favor de la burguesía, y dentro de ella de una minoría superconcentrada, significa un barril explosivo que solo espera la mecha. La banca acreedora y la gran burguesía saludan el ataque contra las masas, pero una fracción de ella ya ha entrado en choque contra los aspectos del plan que reservan los privilegios mayores a un reducido grupo de “capitanes de la industria”. Por eso ya aparecen las críticas que reclaman la "desregulación”. Los "desreguladores” exigen la quiebra de las bancas provinciales, el achique de la banca estatal y la liquidación de los pequeños bancos, así como la apropiación para sí de las áreas centrales de YPF, del mercado de telecomunicaciones y la “desregulación” pesquera —una de las razones del acercamiento a la Thatcher. “Levántate y anda" al encuentro del “colonialismo británico” y del Pentágono es la consigna de la diplomacia bancaria y cerealera del gobierno “nacional y popular”.
La ausencia de un marco de estabilidad económica acentuará aún más estos choques y ya es posible pronosticar que en semanas más este plan estará totalmente en crisis, con la alternativa de un nuevo “ajuste” y una aguda crisis política. Por eso “Ámbito Financiero” ya está reclamando el estado de sitio, y Bauzá prepara los lineamientos político-represivos.
El movimiento obrero
Frente a este ataque histórico a los trabajadores, ¡el cual se encuentra en su primera etapa!, la burocracia miguelo-ubaldinista ha reaccionado como si se tratara de otro episodio, menor, en la permanente pulseada de los asalariados con la patronal. La burocracia se ha trazado un horizonte compuesto de tres fases, que empieza por la limosna de los ₳ 8.000 para pagar el colectivo, sigue con el adelanto de acuerdo al sueldo de junio hasta un tope de ₳ 30.000 y termina en “paritarias" que tienen un techo del 130% al 150% de aumento. Al cabo de todo este itinerario, el 70% de los trabajadores activos estará entre los ₳ 25.000 y ₳ 35.000 en agosto— una literal miseria, igual a tres o cuatro tanques de nafta, o a algunos viajes en colectivo, un litro de leche diarios y un kilo de carne por semana. La quiebra de las obras sociales o el 20% de desocupados caen fuera de este "horizonte". Los “izquierdistas” Gutiérrez (“Barba”) de la UOM-Quilmes, o De Gennaro, de ATE, llaman a apoyar el plan BB.
¡Pero aun este “horizonte" salarial es “inflacionario" para el plan actual! Y hasta cierto punto lo es, porque con la brutal recesión que provoca, el plan BB hace inviable estos salarios para muchas patronales, que procederán a despidos masivos y a desconocer las medidas miserables referidas al salario. El pago de los títulos públicos obliga a emitir moneda, y lo mismo ocurre con las entradas de dólares. ¡Pero las contradicciones del plan BB sólo tienen salida derrotándolo en toda la línea, que es precisamente lo que la burocracia sindical no tiene planteado! Estas contradicciones anuncian una gigantesca crisis a corto plazo, en la que “el nuevo bloque de poder” procederá a superar los límites del plan actual con un "ataque terminal” contra los trabajadores y el movimiento obrero organizado. El anuncio de este “ataque terminal” estará dado por un retorno previo a la “hiperinflación” alfonsiniana.
Los explotados argentinos carecen en la actualidad de una estrategia política propia (es esto lo que se quiere decir cuando se afirma que no tienen un partido o dirección independientes), y a esa estrategia sólo pueden llegar por medio de luchas parciales, que tendrán por eje la defensa de sus últimas condiciones de existencia, y por medio de las conclusiones que saquen de la experiencia política que simultáneamente realizarán con el gobierno peronista. “Levántate y anda”, explotado argentino, contra la barbarie capitalista y organicémonos para dar una salida anticapitalista a Argentina.
Los burócratas sindicales sólo pueden llegar a protagonizar escaramuzas con el gobierno, dentro de esta lucha que se plantea en proporciones gigantescas. Por eso es un crimen la confianza que Izquierda Unida está desarrollando en la burocracia sindical o en las posibilidades defensivas que surjan del peronismo —todas las cuales tienen la limitación fundamental de no reconocer el carácter histórico de la crisis actual y el ataque histórico que está obligado a encarar Menem. De las corrientes oficiales del peronismo o de la burocracia sindical sólo se debe esperar el freno y la política de derrota.
Las consignas deben adecuarse a las condiciones de la crisis y a la evolución del proceso político, así podrán servir como factor de maduración del pueblo. A la luz de estas características y de las perspectivas del ataque actual, planteamos:
1. Aumento salarial del 500%, igual al porcentaje del tarifazo antiobrero — Salario mínimo de ₳ 120.000
2. Seguro para los desocupados, en un 80% de los magros sueldos aumentados.
3. Asambleas generales y congreso de delegados de base de los sindicatos y de la CGT.
4. Apertura de los libros de las empresas estatales y privadas. ¡Conocer los costos de producción es una exigencia popular para la sobrevivencia de la nación trabajadora!