Libertad a los 35 presos del gobierno ‘nacional y popular’
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Los jueces han confirmado la prisión preventiva de los seis trabajadores de Caleta, presos por pedir trabajo; de Raúl Castells, de los quince detenidos por los incidentes de la Legislatura y los siete apresados en Plaza de Mayo. Junto al piquetero preso en el norte de Salta, y otros cinco en distintas regionales suman 35, una lista que, de todos modos, no cubre los casos “fabricados” por la Bonaerense, la Federal o las policías provinciales para imputar delitos comunes a luchadores sociales.
Los fallos constituyen una grosera violación de los propios términos de la legislación y jurisprudencia burguesas. Desde la imputación a los presos de Caleta Olivia por violación a la ley de subversión económica, al planteo de extorsión a Raúl Castells, sin una denuncia del propio y supuesto afectado (el casino). Las confirmaciones de prisión apelan, en general, a la figura de “coacción agravada”, con penas de hasta diez años; una acusación que no tiene fundamento según los abogados defensores pero que, esto es lo más importante, ha sido armada de cabo a rabo por las fuerzas de seguridad y los “servicios”, como se reconoce en los propios expedientes. Los jueces actúan en total sintonía con un gobierno dominado por los “servicios”: las causas son armadas por éstos o por la policía, en base a la tortura, el patoterismo, la invención y el ocultamiento de pruebas.
No se trata sólo de fallos. La policía del “gatillo fácil” reprime con gases, balas de goma y apalea como en ningún otro gobierno de la “democracia”. El ejemplo más reciente es el desalojo violento de los trabajadores de la farmacia Franco Inglesa que reclamaban por 78 puestos de trabajo. La tortura ha reaparecido no sólo en las comisarías de la Bonaerense, de las que nunca se fue, sino también en las sedes centrales de la Federal.
Frente a quienes quieren ver en esto una ‘involución’ del gobierno “nacional y popular” por su alianza con el “duhaldis- mo”, sólo basta mirar hacia atrás. La “Justicia” y la Policía de Santa Cruz son un instrumento de persecución ideológica y política de la camarilla que gobierna la provincia desde hace más de una década. Amia y Puente Pueyrredón son casos emblemáticos de impunidad. Aún los genocidas del “proceso” deben agradecer al ‘gobierno popular’ no haber sido extraditados y haber preservado a la mayoría de la cárcel.
El PO plantea:
Libertad a los presos de Kirchner, el FMI y la burguesía nacional.
Nulidad de los procesos a los luchadores.
Comando único de movilización.
Plan de lucha.