Aunque la integración de Libres del Sur a los gobiernos provinciales y a diferentes variantes patronales no es nueva (vienen de apoyar las candidaturas de Florencio Randazzo, antes, de Lavagna, entre otros), esta orientación se ha profundizado con los cierres electorales que se vienen dando de cara a las elecciones provinciales en todo el interior del país. Mientras militan la candidatura presidencial de Jesús Escobar, se integran en armados de todos los gobernadores más podridos, sin distinción de signos políticos.

La contradicción entre integrar un frente de lucha independiente como es la Unidad Piquetera, que viene enfrentando en todo el país el pacto con el Fondo, y esta política de participar de los gobiernos provinciales ajustadores, se puso recientemente de manifiesto en Mendoza, cuando a iniciativa de los radicales Cornejo y Suárez, los compañeros Martín Rodríguez, Lorena Torres y otros fueron encarcelados por el gobierno y luego arrancados de prisión por una gran movilización popular. Pues bien, Libres del Sur, a pesar de que sí lo hicieron en el resto del país y su senador de la provincia se pronunció por la libertad de los compañeros, en Mendoza no se movilizó porque integra el gobierno provincial. En el cierre de listas actual, volvieron a quedar del lado de Cornejo.

Si alguien mirara solo Mendoza, podría pensar que Libres del Sur marcha a aliarse con Juntos por el Cambio. Pero no. En Chaco, la novedad de estas elecciones fue su integración al Frente Chaqueño, que lidera el peronista (y kirchnerista) Jorge Capitanich. Se trata de un regreso a las fuentes, porque Libres del Sur, siempre con la candidatura de Carlos Martínez, había acompañado a Capitanich en sus orígenes, luego saltó de bando y se presentó con la UCR y finalmente volvió a recalar en el oficialismo.

La persecución a sus propios compañeros tampoco le impide a Libres participar de gobiernos represivos. En Córdoba se acaba de sumar a una alianza electoral comandada por Llaryora/Schiaretti en momentos en los cuales el gobierno y la Justicia emprenden una ofensiva represiva que tiene denunciados incluso a sus referentes en la provincia.

Mientras en las movilizaciones nacionales de la Unidad Piquetera se denuncia el ajuste y los pactos con el Fondo Monetario, en Salta se han integrado al gobierno de Sáenz, aliado histórico de Massa. En Tucumán, su dirigente Federico Maso (actual candidato a gobernador) fue diputado por Cambiemos e integró luego el gobierno de Manzur. Que estos gobiernos hambreen a sus pueblos mientras gobiernan con las oligarquías tradicionales de sus provincias no le quita el sueño a Libres.

El mapa de la integración al Estado lo completan participando del gobierno radical de Valdez en Corrientes, en el feudo santiagueño de Zamora, en el gobierno prominero de Uñac en San Juan, y en el municipio de Rosario.

En Santa Cruz cerraron un frente con Vidal, de la burocracia petrolera y opositor a Alicia Kirchner, en abierta contradicción con el hecho de que solo los sectores clasistas y combativos apoyan al movimiento piquetero, mientras la burocracia sindical les da la espalda.

Es claro que la integración de los gobiernos provinciales ajustadores y reaccionarios de Libres del Sur representa una contradicción con la política de la Unidad Piquetera. Es una corriente que va detrás de los cargos y la supervivencia de un grupo sin rumbo, sin diferenciar entre explotados y explotadores. Solo una política independiente puede poner las bases de una lucha a fondo para derrotar al gobierno nacional y los gobiernos provinciales el ajuste.

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