Liquidan por decreto los convenios colectivos
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Los patrones “aplauden la medida”; los burócratas se alegran, porque “fue consensuado con la CGT”. Con este “respaldo” salió el decreto (¡otro más!) que liquida la ley de convenios colectivos de trabajo para reemplazarlos por negociaciones por empresa y hasta por ¡¡sección!!
De acuerdo al decreto, la negociación es despedazada en varios “módulos”. Uno “general”, fijará las condiciones de trabajo y los salarios válidos para toda la rama. Otro, que será “particular” (por sector, empresa, planta y hasta sección) fijará el salario y las condiciones de trabajo “por encima del módulo general”. Como bien dijo un “experto” de la Unión Industrial.“Del convenio por industria (por ejemplo, metalúrgico) se desciende luego a la discusión por rama (como puede ser la automotriz). En otro peldaño está la negociación por empresa, en otro escalón están las tratativas por planta y hasta incluso por sector de una planta” (El Cronista, 22/3). El que prevalece es, en realidad este último; los primeros harán las veces de piso de superexplotación, con el pretexto de que lo que vale es lo que se pueda arrancar en el “módulo final”.
La negociación de cada uno de estos “módulos” estará en manos de la burocracia sindical, lo que excluye a las comisiones internas. El decreto resulta, así, una “obra maestra”: atomiza a los obreros por un lado, y potencia a la burocracia, por el otro.
Aunque el convenio corresponde a la figura jurídica del contrato voluntario entre partes, el decreto faculta al Ministerio de Trabajo para imponer las negociaciones correspondientes y niega el derecho de las partes a negarse “a la apertura de un nivel menor de negociación”. Se trata de una violación de los derechos constitucionales. Si hubiese un desacuerdo en acceder a negociar “un módulo particular”, “el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social —reza el decreto— procederá de conformidad con lo dispuesto en la normativa vigente”. Esto significa que los trabajadores están forzados a negociar, algo que es impropio de una negociación.
Productividad
Lo que se pretende con estos “módulos” es acentuar la explotación obrera “por encima del módulo general” y establecer una diferenciación salarial en función del grado de explotación. El decreto reafirma de este modo, la línea de los “aumento por productividad”, que no llevaron a ningún aumento de salarios y sí de los ritmos de trabajo. Desde la “convertibilidad”, el salario real cayó un 15% y la “productividad” obrera (explotación) aumentó un 20%, lo que significa que la participación de los trabajadores en la riqueza nacional descendió un 30%.
Las comisiones internas y los delegados están obligados, a partir de ahora, a poner en marcha un movimiento general para discutir y resistir este engendro antiobrero y anticonstitucional, si no quieren ser barridos por las patronales (o integrados y corrompidos por éstas).
El tenor de las reivindicaciones es muy claro y conocido:
1. Convenio COLECTIVO por industria.
2. Paritarios elegidos por y responsables ante la Asamblea General.