Políticas

17/8/2023

Lluvia e inundaciones: el ajuste en la obra pública otra vez al desnudo

Las barriadas del Amba y La Plata totalmente anegadas por la falta de inversión pública.

Barrios inundados.

La intensa lluvia volvió a poner de manifiesto las limitaciones en la obra pública necesaria para evitar las inundaciones en las barriadas obreras del conurbano bonaerense, CABA y La Plata, dejando una postal de viviendas anegadas, escuelas invadidas por el agua y calles intransitables. El ajuste del gobierno y el FMI, y el vaciamiento de los gobiernos capitalistas, deja expuesta a la población a toda contingencia.

En las redes sociales circulan los videos de distintos puntos y ciudades donde el agua ha hecho estragos, dejando al descubierto la insuficiente capacidad de drenaje de las ciudades y el desborde de los arroyos, cuencas y desagües pluviales producto de la desinversión pública a cargo de los municipios, la provincia de Buenos Aires, CABA y el Ejecutivo nacional.

Las inundaciones golpean con mayor fuerza en los barrios carenciados de la clase trabajadora, muchos de los cuales se encuentran por debajo del nivel promedio de la ciudad, lo que los hace receptores del caudal de agua de las precipitaciones sin ningún plan oficial para contingencias de este tipo. A los estragos directos del agua se suman los cortes de luz para evitar daños aún mayores.

Cabe agregar que las políticas de urbanización pública son casi inexistentes, dejadas al arbitrio de los negocios de los especuladores inmobiliarios, y condenando a millones de familias que asientan sus viviendas en zonas deprimidas, a la vereda de los arroyos y riachuelos y/o en lugares no aptos para habitar, a falta de recursos u opciones para satisfacer sus necesidades habitacionales.

Esta situación también se presentó en diversos establecimientos públicos y educativos, donde el torrente de agua venció las precarias instalaciones, penetrando por grietas y fisuras e incluso por los huecos correspondientes a las instalaciones eléctricas.

A pesar del paso del tiempo y de antecedentes de inundaciones que han dejan decenas de víctimas fatales, la historia vuelve a repetirse, lo que denota los recortes presupuestarios en materia de obras hídricas, estaciones de bombeo, desagües pluviales que no colapsen e incluso obras de refacción en los establecimientos públicos de diversa índole.

El gobierno actual viene subordinando el presupuesto público a las necesidades del FMI y los acreedores privados, exponiendo a la población trabajadora a esta tipo de circunstancias, donde además del riesgo de vida se pierde parte del escaso patrimonio que han logrado consolidar con su trabajo.

Otras variantes, como la de Javier Milei, van aún más lejos planteando el cierre del Ministerio de Obras públicas para proceder a “un régimen de iniciativa privada a la chilena donde el riesgo es asumido por los empresarios y la obra es pagada por los usuarios”. Es decir, que cada quien se paga su obra y si no puede que se inunde.

En las entrevistas televisivas que cubrieron las inundaciones no dejó de repetirse el hastío y cansancio de la población laburante contra los partidos políticos patronales que gobiernan y sus candidatos, señalando que se llenan la boca con promesas pero que la realidad se evidencia con las inundaciones de este tipo.

Ninguno de los candidatos patronales, ni el propio Milei que ha capitalizado gran parte del voto bronca en las reciente Paso, tiene una salida que garantice la realización de las obras necesarias y la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores. Es hora de poner en pie un movimiento de lucha que haga valer las reivindicaciones populares, derrotando el pacto de ajuste del gobierno y el FMI, y utilizando los recursos nacionales en pos de los intereses de los trabajadores.

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