Políticas

29/11/2014|1343

Lo qué dejó el parazo del transporte


El paro de transporte de la casi totalidad de los sindicatos del sector para reclamar contra el cobro del impuesto al salario tuvo un acatamiento masivo, cercano al 100%. La adhesión de los trabajadores fue total, a pesar de que la medida había sido diseñada por las burocracias convocantes con el objetivo evidente de no emprender una lucha seria. Por eso se evitó deliberadamente que sea presentada como un paro, usando el eufemismo de “asambleas”, y en un horario reducido, que iba entre las 4 y las 7 de la mañana. Sin embargo la medida terminó yendo mucho más allá de la hora establecida. Muchos medios de transporte terminaron de regularizar su funcionamiento casi llegando el mediodía. Fue el caso de varios ferrocarriles y también de algunas líneas del subterráneo. En el subte la dirección de la Agtsyp volvió a carnerear, pero no pudo lograr que los subtes funcionaran. El ausentismo, que fue importante, fue la forma en la cual muchos trabajadores adhirieron a la medida, superando el carnereaje de la dirección sindical. Algo similar ocurrió entre los miembros de la Unión Ferroviaria, cuya dirección pedracista sigue firme al lado del gobierno.


La contundencia que tuvo la medida sirvió para poner de manifiesto la voluntad de lucha de los trabajadores. En la base de la UTA, en La Fraternidad y en los gremios aeronáuticos existe un verdadero estado de ebullición contra el cobro de Ganancias y el retraso salarial que genera la inflación creciente. El gran resultado que recogió la lista 3 de la CTA en el subte prueba que allí también los trabajadores están en la misma sintonía que el resto de sus compañeros del transporte. La conclusión es clara: la voluntad para seguir la lucha está, de parte de los trabajadores, re-contra planteada.


No ocurre lo mismo, sin embargo, con las direcciones sindicales, que no tienen en carpeta un plan de lucha para conquistar los reclamos. En este análisis coinciden tanto el anti-K Clarín como el oficialista Ámbito Financiero. Ambos afirman que la burocracia sindical descarta un paro de 24 horas, y que sólo analizaría medidas aisladas por cada gremio. Este recule ya está contenido en el programa presentado, que excluye el reclamo de la reapertura de las paritarias y la eliminación general del cobro del impuesto a las Ganancias sobre el salario. Ni siquiera la cuestión del bono de fin de año para todos los trabajadores formó parte del petitorio de la medida de acción.


La falta de determinación para continuar con una acción de lucha contrasta con la decisión del gobierno de rechazar cualquier modificación al cobro de Ganancias sobre los salarios. La propia Cristina Kirchner se encargó de reafirmarlo en un acto organizado por la Cámara de la Construcción. Allí señaló que necesitaba del cobro del impuesto al salario para financiar los negocios de la patria contratista. En otras palabras quiso decir que todo el esquema económico del gobierno consiste en financiarse sobre la base de una mayor confiscación de los trabajadores. Sin embargo, esta declaración antiobrera de la presidenta no alcanzó para evitar los cuestionamientos de los empresarios, que perciben el derrumbe económico del gobierno. Los capitalistas reclaman un acuerdo con los fondos buitres y una normalización económica general que le permita abrir un ciclo de endeudamiento para financiar el ciclo de sus negocios.


La oposición patronal, que coquetea con el reclamo de eliminar el impuesto al salario, lo hace en nombre de esta ´normalización´ económica que incluye el acuerdo con los fondos buitre en enero. La burocracia sindical que convocó esta medida de acción está dividida entre el apoyo a la oposición patronal de los Massa y Macri, y el “oficialismo con cambios” de Scioli. Pero en la agenda de ninguno de ellos está el auspicio a un ciclo de luchas obreras por sus reclamos.


La jornada del 27 dejó planteada la necesidad de una nueva acción de lucha, que parta de un paro de 24 horas. El mismo debe ser por el conjunto de los reclamos del momento: abolición del impuesto al salario, por un bono de fin de año para todos los trabajadores, por la reapertura de las paritarias y contra los despidos y las suspensiones.