– ¿Cuántos de los 52 mil policías están en la calle?
– Los números exactos no los tengo acá.

(De la entrevista de Stornelli con Clarín)

No los tiene ni “acá” ni en ninguna parte, no lo sabe y tampoco lo sabe Salcedo, porque la autonomía operacional, descentralizada, de la Policía Bonaerense, es tal que se ha hecho incompatible con un funcionamiento más o menos normal. Cada distrito es una satrapía manejada por el comisario, el intendente (a veces), los punteros barriales y los hampones.

– ¿Hay una regulación policial del delito en la provincia?
– No me consta (contesta mientras mira por la ventana)

(De la misma entrevista)

Stornelli “parece ignorar que la historia de la Bonaerense es la de sus vínculos con el delito organizado y las zonas liberadas” (BAE, 12/2).

Se trata de la fuerza que hizo desaparecer a Miguel Bru, que asesinó a José Luis Cabezas y a Diego Peralta, que quemó vivos a chicos detenidos en una comisaría incendiada, que violó a una niña en un albergue de General Rodríguez, que secuestró y asesinó al vicepresidente del Colegio de Abogados de Lomas de Zamora y masacró a otros policías en el mismo predio donde funcionó el chupadero policial llamado “pozo de Arana”.

Y se puede seguir con una lista que parece interminable.