Los ajustes del binnerismo

El gobierno binnerista anunció una batería de impuestazos y tarifazos que involucran Ingresos Brutos, sellos, patentes, luz, agua y gas. Aunque la situación financiera de la provincia no es explosiva, como en Córdoba o Buenos Aires, los “socialistas” ponen las barbas en remojo.

Esta política anticipa choques no sólo con la población, también con los propios capitalistas. Claro que la conducta de los “socialistas” es completamente diferente ante unos y otros. Mientras que a las críticas de las cámaras patronales de la industria (Fisfe) y de la construcción por la reimplantación de ingresos brutos (un impuesto del que están eximidos desde el ’90), les responden con la formación de una comisión para “consensuar”, a los estudiantes y desocupados rosarinos que se movilizaron en oposición al boletazo les mandaron la policía antimotines.

Sin embargo, esta disputa se va a extender en la provincia. En los municipios, los intendentes y jefes comunales fogoneados por el PJ ya están reclamando un aumento de la coparticipación provincial frente al riesgo de cesación de pagos de algunos municipios.

Hasta ahora, PJ y PS se cuidaron de no meter la mano donde están realmente los recursos. El inmobiliario rural es irrisorio, con muchos casos donde la oligarquía paga 20 pesos por hectáreas que valen 15.000 dólares. Los capitalistas industriales y sojeros están eximidos de ingresos brutos y los puertos privados, que van desde Puerto San Martín hasta Villa Constitución, evaden impuestos y hacen negocios por millones de dólares. Nadie los toca.

Así como el choque con el gobierno juntó a seguidores de Binner y de Reutemann en defensa de las sojeras, de las agrofinancieras y exportadoras, la crisis está agudizando la disputa entre ellos por el reparto de la torta en la provincia.

En lo que están totalmente de acuerdo es en enfrentar a los trabajadores; por eso Binner recurrió a la burocracia de UPCN, afín a Reutemann, para que, junto a ATE y a la Amsafé provincial, bloquearan cualquier lucha que procure reabrir la discusión salarial.

El fantasma del Cordobazo

La lucha salarial se va abriendo camino de la mano de sectores combativos. Amsafé Rosario está dando los pasos que la llevarán a encabezar este proceso.
Pero la cuestión salarial no es lo único que está planteado.

Con ocho meses de gobierno “socialista”, la situación de la población trabajadora se agrava. La pobreza avanza de la mano de la inflación. Las escuelas y los hospitales siguen tan calamitosos como antes, a pesar de las promesas electorales. Miles de trabajadores siguen precarizados, en negro y tercerizados en la administración provincial y en el municipio rosarino.

Santa Fe supera el promedio nacional de accidentes laborales. Anualmente hay 105 accidentes por cada 1.000 trabajadores; en el primer semestre de 2008 ya hubo 63 muertes, lo que significa que cada tres días muere un obrero. Las patronales industriales y sojeras siguen amasando sus grandes ganancias a costa de de la explotación y de la vida de los obreros como ocurrió en Acindar, Paraná Metal, Cargill y en las cientos de obras de construcción del boom sojero.

Por un programa obrero frente a la crisis

Por un aumento de emergencia del 30%. Por un salario igual a la canasta familiar. Por el 82% móvil del salario de un activo, para los jubilados. Por la efectivización y pase a planta de todos los contratados. Por la defensa del convenio único por actividad. Basta de muertes obreras. Por comités independientes de seguridad e higiene.

Basta de exenciones impositivas y subsidios a los grupos capitalistas. Por la actualización fiscal al valor actual de la tierra y el cobro efectivo del inmobiliario rural. Por la nacionalización de los puertos privados. Por una alternativa obrera y socialista.