La presentación del Proyecto de Artistas Visuales Autoconvocades de Argentina (AVAA), impulsado por el FIT-U, para la creación de un Instituto Nacional de Artes Visuales (INAV) trajo nuevamente al Congreso el reclamo de reconocer al arte como un trabajo.

Con la presencia de diputados, agrupaciones, la presidencia del Centro de Estudiantes del UNA Visuales y los artistas de varias asambleas provinciales participando virtual y presencialmente, fueron detallando las características del proyecto, cuyo punto de partida es considerar trabajadores a quienes desarrollan profesiones, oficios, roles, funciones y prácticas dentro del campo de las artes visuales.

Así se difundió el autocenso que realizaron con la participación de casi cinco mil artistas. De allí se desprende que 2 de cada 3 necesitan una segunda ocupación, siendo la docencia la principal, puesto que apenas 1/3 de sus ingresos provienen de la actividad artística. Si bien el 40% desarrolla su trabajo en un taller sólo el 10% posee uno. Solo el 10% trabaja con una galería. La circulación de obra se da, en primer lugar, en las redes, luego en espacios independientes y por último en espacios públicos. En general no se percibe remuneración por estas actividades. Las mujeres y las disidencias disponen de una menor visibilidad en exposiciones, premios y colecciones públicas. En definitiva un trabajo ultraprecarizado.

Las tareas y funciones que se proponen en el proyecto de creación del Inav son fundamentales: apoyo financiero a la creación y producción; sostenimiento y equipamiento de salas, talleres y galerías; estímulo a la investigación teórica, técnica y artística, y a la formación y perfeccionamiento de les trabajadores; la recuperación, conservación y difusión del patrimonio a partir del incentivo a los centros de documentación, creando un Archivo Nacional de las Artes Visuales.

La creación de un tarifario que ya se aplica en algunas provincias y garantiza un ingreso al artista que expone su obra, es otro punto saliente del proyecto.

La creación de un Registro Nacional de Trabajadores de las Artes Visuales cumplirá una función clave ya que, a través del mismo, serán los propios trabajadores visuales quienes nombrarán a las autoridades del Inav, una gran diferencia con los restantes institutos cuyos Consejos Directivos son puestos a dedo por el Poder Ejecutivo.

Este carácter democrático se replica en la conformación del Consejo Federal de Dirección y de los Consejos Provinciales donde les artistas empadronades toman decisiones soberanas en asambleas.

Un tema central que contempla el proyecto es el origen de los recursos, ya que estos provendrán de impuestos con asignación específica a partir de una tasa sobre los juegos de azar, tabaco y bebidas alcohólicas.

Funcionamiento democrático y recursos garantizados le darán al Inav autonomía e independencia del Estado.

Como ocurriera en noviembre con el proyecto presentado por Romina Del Plá y el Movimiento Federal de la Danza, y con el impulso de la lucha que en 2022 impuso la recuperación de los fondos de los institutos por 50 años más, vamos por un gran movimiento hacia el reconocimiento laboral de les artistas en todo el país.