Políticas

20/8/2015|1377

Los barones del conurbano pierden sus títulos de nobleza

Elijamos concejales del Frente de Izquierda


Las Paso en la provincia de Buenos Aires han mostrado una nueva realidad. La liga de intendentes ha quedado fuertemente desautorizada. El desafío al aparato de los intendentes ya estaba muy desarrollado en 2001 por el movimiento piquetero, que puso fin a las reclutas de Chiche Duhalde. Quedó afectado por la derrota de Eduardo Duhalde ante Kirchner, quien tomó el control de la asignación de las obras municipales y la utilización de los planes sociales. La crisis de esta liga se manifestó en la victoria de Massa en 2013. El domingo 9 sufrió un golpe final como consecuencia de la derrota de la lista de Julián Domínguez y Fernando Espinoza a manos Aníbal Fernández -denunciado, a su vez, por narcotráfico y el encubrimiento policial del triple crimen de General Rodríguez. Nadie se atrevió a caracterizar hasta ahora que el control de los municipios bonaerenses haya pasado a manos de una mafia más peligrosa.


Las “renovaciones” en el PJ, que se nutren por el lado de La Cámpora, en Lanús, Moreno o Mercedes, por ejemplo, podrían durar lo que un suspiro si en la final les gana Cambiemos. La campaña camporista ha sido financiada desde las oficinas de la Anses.


Giustozzi y Othacehé, que habían hecho un ida y vuelta del massismo al FpV, fueron derrotados. Meléndez, de Merlo, surgido del riñón de Othacehé, ha denunciado al aparato de patotas que él mismo integró, y ahora alerta acerca de la posibilidad de que Othacehé organice una fuga de votos al PRO. Otro tanto se anuncia de parte de los votos del anibalista Gurzi en Quilmes, cuyos votos difícilmente sean absorbidos por su rival, el “Barba” Gutiérrez, que sacó 4.000 votos menos que el chef Martiniano Molina que postula Cambiemos. Otro que fue y volvió al massismo, como Zúccaro, de Pilar, está definiendo su elección voto a voto en un tenso escrutinio definitivo, mientras que la mayoría de los que se quedaron en el Frente Renovador fueron derrotados, como Acuña, de Hurlingham, De La Torre en San Miguel y Cariglino, de Malvinas Argentinas. El massismo sólo se impuso a nivel local en Tigre y San Fernando, lo cual ha llevado al anuncio de que los intendentes que siguen peleando su continuidad organizarán el corte de boleta hacia Scioli y Macri para intentar sobrevivir la elección de octubre.


La coalición macrista ha hecho una elección enorme en la provincia de Buenos Aires, instalando candidaturas de fuera de la política tradicional con perfil de outsiders y hasta antipolítica, a costa no sólo del PJ sino de sus aliados radicales. Están disputando voto a voto en Tres de Febrero Curto con el periodista Valenzuela. El también periodista Luis Gay encabezó la elección de Bahía Blanca y Cambiemos ganó también las Paso en La Plata, donde dentro del FpV el apoyo de CFK y Scioli permitió que se impusiera el inundador y patotero Bruera sobre la candidatura de Saintout, favorecida por el arco progre de los K.


Las internas han iniciado una transición política dispersa y confusa, incluso en distritos donde el aparato pareciera haber quedado intacto, como Matanza, Lomas o Varela. Esta crisis es propicia para pelear el ingreso del Frente de Izquierda en los concejos, teniendo en cuenta que los resultados de 2013 nos habían acercado mucho a ese objetivo.


Los candidatos que encabezan las listas locales del Frente de Izquierda pertenecen en un 91% a la Lista Unidad, y son referentes reales de los procesos de lucha de los trabajadores de cada localidad.