Políticas

23/3/2021

Los bonistas buitre rechazan nueva oferta de pago de Kicillof

Bajo la amenaza de ejecutar el default en la provincia de Buenos Aires.

El mismo día en que Martín Guzmán se reunirá con Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, el Comité Directivo del Grupo Ad Hoc de Tenedores de Bonos de Buenos Aires presentó una demanda contra la Provincia en un tribunal de Nueva York. Esto después de que el gobierno provincial mejorara sustancialmente la oferta de “reprogramación de deuda” bajo legislación extranjera.

Desde abril del año pasado, y mes tras mes, los “bonistas” vienen imponiendo el rechazo al “paquete de mejoras” (acuerdo de confidencialidad) ofrecido por el gobernador y su ministro de Hacienda y Finanzas, Pablo López, para el canje de 7148 millones de dólares de la deuda externa bonaerense. Este acuerdo implicaría pagos extras por casi u$s 1800 millones por sobre la oferta original para el período 2021-2030.

A pesar de estas concesiones gigantescas, y que el tándem Kicillof- López propone eliminar la quita de capital, subir el precio de los cupones, adelantar los plazos de repago y reconocer intereses devengados durante el año de “negociación”, el Grupo Ad Hoc mantiene su ofensiva judicial y amenaza con recrudecerlas. Este “Comité de Tenedores de la deuda bonaerense”, cuyos titulares lo son también de los bonos de la deuda externa nacional, exigen una tasa de interés similar a la pactada por Martín Guzmán y Alberto Fernández con los “acreedores privados”. La demorada “negociación” con el FMI y el agravamiento de la crisis suman presiones a estas exigencias.

Los bonistas bonaerenses exigen el pago de intereses de usura y tasas de hasta el 7,5%. La llamada “reestructuración sustentable” de la deuda es un bluff para disimular la condición de pagador serial del kirchnerismo. Conocida la presentación en el tribunal de Nueva York, los “nacionales y populares” declararon que estudiarán las nuevas condiciones, lo que adelanta otro arrugue en puerta. El peso asfixiante de la deuda externa provincial, que asciende a 12 mil millones de dólares, tuvo su garantía de pago en la prórroga del presupuesto de tierra arrasada de Vidal durante el 2020, y continúa con el Presupuesto Provincial de ajuste 2021 votado conjuntamente por las bancadas del Frente de Todos y Juntos por el Cambio.

Las apelaciones hipócritas del ministro de Hacienda y Finanzas a los fondos buitre para “crecer y poder pagar” confirman el reconocimiento íntegro de una deuda externa usurera y fraudulenta amasada bajo el macrismo y los gobiernos peronistas. El 60% de los niños que viven debajo de la línea de pobreza en la Provincia de Buenos Aires, y que invoca el gobierno de Kicillof para “ablandar” a los fondos buitre, retrata el gigantesco polvorín social que fermenta en el territorio bonaerense. En un comunicado último del comité de “acreedores” que une el chantaje al boicot liso y llano, los bonistas amenazan con desatar “un ambiente de inversión hostil donde la creación de empleo, la actividad empresarial y el crecimiento económico seguirán sufriendo”.

Los contados días que restan hasta el 26 de marzo, fecha del próximo vencimiento, prometen ser tormentosos. Kicillof viene fracasando en el canje de deuda y en su pretensión por negociar por separado con los distintos “acreedores”. El fondo Golden Tree Asset Managment , miembro del Grupo Ad Hoc, no sólo rechazó la oferta mejorada, sino que puso como condición para seguir negociando que el gobierno provincial “discuta” con todo el Comité Directivo de Tenedores de la deuda bonaerense en un bloque cerrado.

La prioridad que impone la lucha contra la pandemia y la solución a las necesidades urgentes de tierra, vivienda y trabajo, impone el desconocimiento de este fraude armado por la clase capitalista. El apoyo de las burocracias sindicales kichneristas a la “negociación soberana” de Kicillof tiene el precio de las paritarias de hambre y el avance de la precarización laboral. El punto de partida de todo programa de reorganización económica y social de la provincia de Buenos Aires comienza con el no pago de la deuda externa confiscatoria, y la movilización obrera y popular contra los planes fondomonetaristas y ajustadores.

¡Qué la crisis la paguen los capitalistas!