Políticas

27/4/2023

Los capitalistas corren al dólar con los pesos que les da el gobierno

Creció la participación del sector público en la licitación del Tesoro ante la huida de los privados.

Massa financia la corrida con el patrimonio de la Anses.

La última licitación del Tesoro estuvo atravesada por la corrida cambiaria en curso y se vio nítidamente cómo el gobierno la financia. A su vez, las concesiones leoninas que obtuvieron los acreedores que ingresaron prepara las condiciones para que se produzcan golpes de mercado de mayor amplitud.

En esta oportunidad, el 90% de los vencimientos estaba en manos de privados, sin embargo, solo el 50,2% del financiamiento obtenido provino de este sector, mientras que el 49,8% restante lo proporcionó el sector público. Lo anterior es el reflejo de que el capital financiero se encuentra desarmando sus tenencias en pesos para dolarizarse. Ahora bien, los pesos para emprender esa huida se los proveen los organismos estatales, que son los que salen a comprar aquellos bonos de los cuales el mercado se está deshaciendo.

En definitiva, el gobierno le enchufa a organismos públicos como la Anses títulos con alto riesgo de default con el propósito sostener el andamiaje de deuda en pesos. Podemos decir que, una vez más, se está financiando la corrida cambiaria con la plata de los jubilados.

A su vez, el gobierno también la financia a costa de los dólares de las reservas del Banco Central: sin ir más lejos, la autoridad monetaria en un solo día tuvo que vender U$S 49 millones en el mercado de cambios para que las cotizaciones paralelas cedieran. Eso sin contar que remata los bonos que se usan para el contado con liqui, para aumentar la demanda en pos de bajar su precio.

Por otra parte, Economía logró captar $1,15 billones en la última licitación ofreciendo bonos a tasas efectivas del 135,5%, encareciendo de manera sideral el pago de intereses que deberá afrontar el Tesoro de aquí en adelante. A su turno, el nuevo endeudamiento contraído agrava el peso de los futuros vencimientos, y, por lo tanto, las posibilidades de default en un contexto donde los capitalistas se están desprendiendo de sus posiciones en pesos.

No es un dato menor que el 68% del financiamiento obtenido en esta subasta haya estado compuesto por bonos duales, donde el tenedor elige si cobrarlo indexado a la inflación o al dólar según cuál de las dos variables sea más redituable al momento del vencimiento. Esto encarece enormemente los compromisos del Tesoro en un momento de estampida inflacionaria y presiones devaluatorias. Si no obtiene nuevo financiamiento para cubrirlos, deberá recurrir a la asistencia monetaria del BCRA, recalentando aún más la inflación.

Así las cosas, en el afán de contener la brecha cambiaria, el gobierno refuerza la bicicleta financiera, dándole más poder de fuego a la banca y a los fondos de inversión para que protagonicen nuevas y mayores corridas en el futuro.

Para terminar con este descalabro es necesario dejar de premiar a los especuladores y poner fin a la fuga de divisas nacionalizando bajo control obrero la banca y el comercio exterior. De este modo, el ahorro nacional dejará de dilapidarse en enriquecer a los poderosos y tendrá como destino contribuir al desarrollo nacional y a la satisfacción de las necesidades sociales.

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