FES
Los democratizantes quieren ocultar sus responsabilidades
Seguir
Una enorme desorientación reina en el movimiento secundario de la Capital. Protagonista de grandes movilizaciones a partir de 1984, ha prácticamente desaparecido a lo largo de 1987. Una situación que se explica por el completo desmoronamiento de la FES, que prácticamente ha dejado de existir. La Comisión Directiva hace mucho tiempo que no funciona por la completa parálisis del PC (mayoría), el abandono de los cargos del Mas y la renuncia reciente de los correspondientes a la UES. Franja Morada procura montar una organización al amparo de los recursos oficiales. En estas condiciones el Congreso de la FES, convocado para el próximo sábado 21, se ha convertido naturalmente en un Congreso de crisis. Se está librando una disputa sobre la representatividad de los eventuales delegados, que apenas logra ocultar la magnitud política de la impasse.
Cretinismo
Una parte de los activistas del PC y del PI, que están en ruptura con sus direcciones, plantean que la reconstrucción de la Federación sería una cuestión de “métodos democráticos”, y no del objetivo político que la debería presidir. Por otro lado, ha surgido una serie de grupos independientes que proponen directamente excluir a las organizaciones políticas, porque solo esto permitiría que las bases secundarlas pudieran expresarse.
Todos estos datos de la situación de la FES llevan a la conclusión de que, después de haber impulsado durante tres años una política de apoyo al régimen democratizante, estas mismas tendencias democratizantes quieren salvar su reputación y su monopolio organizativo pasándose al campo del apoliticismo, el cual es una forma vergonzante y miserable de la misma política de sostenimiento al régimen existente, es decir al régimen capitalista que pretende encubrir su carácter de clase con la fraseología democrática.
El problema de la reorganización de la FES depende hoy, enteramente, de la política que decidan los activistas, porque sobre los hombros de éstos recaerá la tarea de ir a las escuelas para impulsar la tendencia de lucha de los estudiantes y la organización de los centros. Si se trata de la política derechista del apoliticismo, tan cara a Todos por la Patria, tendremos de nuevo una estrategia de seguidismo a los partidos patronales, qué no tienen otra política que la entrega nacional y la superexplotación. Quienes durante tres años hicieron un uso abusivo del “aparato” y de la digitación se han convertido de repente al “antiaparatismo” con la única finalidad de evitar la politización revolucionaria de la vanguardia del estudiantado. Se pasa del cretinismo burocrático al cretinismo antipartidario y antipolítico, cuya característica común es seguir en el campo democratizante burgués.
Al igual que lo que ocurre con el movimiento de todas las capas explotadas, las reivindicaciones del movimiento estudiantil por la democracia y la independencia nacional, chocan con la burguesía, su Estado y sus partidos. Esto debe llevar al movimiento estudiantil a evolucionar hacia el socialismo y la revolución, a lo cual se oponen las tendencias democratizantes. La función del activismo del movimiento estudiantil no es sembrar la confusión apolítica sino dotar al movimiento de un programa y de una línea de acción conforme con él.
Los compañeros que están rompiendo con el PC y el PI no pueden dar el salto atrás del democratismo apolítico, que los conduciría a corto plazo a la más completa desmoralización.
La UJS llama a desembarazar al movimiento estudiantil de la tutela de la burguesía democratizante y a organizar a la FES con un programa de acción y principios revolucionarios.