A horas de que el Ministerio de Trabajo, las cámaras patronales y las direcciones de las centrales obreras fijen un nuevo cronograma de aumentos para el salario mínimo, es preciso remarcar cómo esta tríada se ha encargado de hundirlo gobierno tras gobierno.

Dese 2015 a esta parte, la caída real del salario mínimo fue de 55 puntos, evidenciando la comunión de intereses entre el macrismo y el peronismo cuando se trata de aplastar los ingresos de la población trabajadora en beneficio de los empresarios.

Ni qué decir de las cúpulas de la CGT y las CTAs, las cuales, a espaldas de las bases, han validado semejante confiscación. No solo por haber brindado su apoyo a las cifras de indigencia que emergían del Consejo del Salario Mínimo, sino también por tenacidad a la hora de represar toda manifestación de lucha del movimiento obrero contra esa política.

Así las cosas, el salario mínimo vigente es de apenas $87.987, monto que solo alcanza para cubrir el 37,4% de la canasta básica de junio -que define la línea de pobreza. Podemos dar cuenta de la pérdida de poder de compra del mismo, si reparamos en que a inicios del gobierno del Frente de Todos, representaba el 53,5% de dicha canasta.

En la reunión del día de la fecha no se establecerá ninguna recomposición, por el contrario, se anunciarán porcentajes de aumentos irrisorios en función de perpetuar el salario mínimo en niveles de indigencia. Por eso se moviliza la Unidad Piquetera, desafiando al gobierno ajustador, a la ambición de lucro de los empresarios y a la entrega de la burocracia sindical y los movimientos sociales oficialistas.

El derrumbe del salario también está en la agenda de todos los candidatos de los partidos tradicionales que pretenden asumir el 10 de de diciembre, desde Unión por la Patria, pasando por Juntos por el Cambio hasta el facho de Milei. Por eso, los trabajadores debemos pronunciarnos en rechazo a esta orientación y en defensa de nuestro bolsillo.

Eso significa votar y organizarse con la lista encabezada por Gabriel Solano y Vilma Ripoll en el Frente de Izquierda. No solo porque su programa plantea equiparar el salario mínimo con el costo de la canasta familiar y proceder a aumentos salariales indexados a la inflación de cada mes, afectando las ganancias de los capitalistas; sino que además, está integrada por quienes luchan más consecuentemente por esos planteos y hoy pueblan las calles frente al Ministerio de Trabajo. Es una diferencia que se expresa en las Paso del FIT-U, en la cual planteamos que la izquierda no puede renegar de ser impulsora de esa organización popular, estratégica si queremos que prospere una salida en favor de las mayorías.

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