Políticas

27/3/2014|1307

Los gobernadores y la sucesión

La reunión de gobernadores del PJ tuvo un final abrupto cuando, en el último tramo, irrumpieron sin aviso Jorge Capitanich y Carlos Zannini. Los gobernadores se habían convocado para resucitar el PJ y monopolizar la sucesión presidencial contra las maniobras que tejen La Cámpora y el propio gobierno. Cuando se conformó la conducción del PJ de la provincia de Buenos Aires hubo un virtual golpe de los intendentes, que dejaron de lado a La Cámpora y sólo “le concedieron a la Casa Rosada un lugar entre los 32 consejeros” (Clarín, 15/1). Por primera vez en más de una década, incorporaron al gobernador de Córdoba -“la invitación de Gioja a De la Sota fue para la presidenta la confirmación de las peores presunciones” -dice el editorialista de La Nación (24/3)- y aceptaron la presencia de Capitanich, según todas las fuentes, sólo en su carácter de ex gobernador del Chaco. Se trató de una reunión reservada a los que “tienen territorio”. La reunión se limitó a acordar la presentación de una lista de conducción del PJ para evitar la intervención del partido por la justicia, de modo que la puja por el copamiento de la sigla sigue abierta. De todos modos, la mayoría de esta liga de gobernadores apoya la candidatura de Daniel Scioli, que incluiría a De la Sota.

Este acuerdo fue develado en las vísperas de la última devaluación y contemplaba la eventualidad de convocar a una Asamblea Legislativa frente a un posible retiro anticipado de la actual presidenta. La convocatoria busca hacer frente al ascenso político de Sergio Massa, según algunas encuestas.

Capitanich, según algunas versiones, estaría a las puertas de abandonar el gobierno. La designación del chaqueño buscó una conexión política con los intendentes del conurbano y los gobernadores para procesar una sucesión compartida. Esta perspectiva se está diluyendo; en el Poder Judicial se tramitan causas que pueden llevar a la cárcel a los empresarios y funcionados más prominentes de la camarilla de gobierno.

Fue tema de deliberación el peso creciente de la izquierda en los sindicatos. Los gobernadores del PJ no tienen reparos a la hora de atacar al movimiento obrero en defensa del “proyecto”, como lo revela la pretensión de declarar “servicio esencial” a la educación.
El intento de recrear la liga de gobernadores es un síntoma de la tendencia disolvente que envuelve al gobierno.


Christian Rath