Políticas

30/9/1998|602

Los grandes saqueadores con nombre y apellido

“El presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados, Oscar Lamberto, acusó ayer a 90 de las principales empresas que operan en el país, entre nacionales y extranjeras, de no pagar el impuesto a las ganancias” (La Nación, 11/9). Allí están las automotrices, las grandes cadenas de supermercados, IBM, YPF, Banco Río, la empresa editora del citado diario que difundió la noticia, etcétera.


“Todas ellas —agregó el radical Terragno— figuran entre las quinientas empresas más rentables si se mide la rentabilidad en función de las ventas y según el patrimonio neto”. Otro ‘correligionario’ afirmó entonces que había que citar a los funcionarios responsables, “a fin de determinar si son ciegos o corruptos. Se les ha metido un elefante en el bazar y no lo ven, o lo más grave, ¡no lo quieren ver!”.


Todo esto se dijo en una sesión del parlamento que discutía la reforma impositiva. El titular de la DGI-AFIP, Carlos Silvani, reconoció al otro día, sin chistar, que “hay un altísimo porcentaje de empresas que no pagan el impuesto a las ganancias porque la ley se lo permite”. Es decir, explicó Lamberto a El Cronista (14/9), “nuestra legislación impositiva” es “un auténtico queso gruyere”. Es habitual que se eluda el pago de impuestos ‘legalmente’ recurriendo a ‘paraísos fiscales’ mediante el mecanismo de los ‘precios de transferencia’ (“la empresa decide dónde le conviene más pagar el impuesto a las ganancias”); de la política de ‘fusiones’, que permite consolidar las utilidades de una empresa con las pérdidas acumuladas de la otra; de las normas que facilitan “que disimulen ganancias con endeudamiento” (ídem), etcétera.


La denuncia ha quedado, sin embargo, en el más absoluto mutismo. Al día siguiente, Lamberto y el titular de la Cámara, Roggero, fueron convocados a Olivos para “darles un tirón de orejas… (por no) cuidar a sus aliados del establishment”.


Este escándalo echó un poco de luz sobre el fraude de las supuestamente ‘promisorias’ cuentas fiscales de Argentina, que nos evitarían el chubasco de la crisis internacional. Ilustra también sobre los motivos del empantanamiento de la ‘reforma impositiva’.