Los K ‘se enojan’ con Pitrola porque no votó la ley antiobrera
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El kirchnerismo montó una elaborada campaña contra Néstor Pitrola acusándolo de “no votar una ley a favor de los trabajadores”, como llama a la ley patronal de ‘blanqueo’, “por atender un compromiso televisivo con TN”. La pretendida acusación (Pitrola no hubiera votado ese proyecto “ni ebrio ni dormido”) empezó en Radio América, siguió en “6,7,8” y luego desde los sitios y tuiteros de La Cámpora. Por momentos se dijo que “no participó de la sesión”.
La realidad es que Pitrola presentó un proyecto de ley, en minoría, contra el proyecto de rebaja de aportes patronales y habilitación de despidos, que el kirchnerismo llama “blanqueo de trabajadores”. Ese proyecto, en oposición al proyecto patronal de los K, fue apoyado por Pablo López y luego por Nicolás Del Caño. Pitrola había intervenido antes con un meduloso discurso; previamente, había puesto en aprietos a Tomada por el mismo tema en el pleno de comisiones (ver video y desgrabación en Internet).
La sesión debía durar desde las 11:30 hasta las 21 horas, y se extendió dos horas más. El kirchnerismo había anotado ¡45! oradores para que la sesión especial posterior, por ganancias y despidos y suspensiones, tuviera lugar a la madrugada, sin medios. Pitrola había aceptado un debate en “A Dos Voces”, para dos horas después del cierre establecido para el debate. Fue a defender el derecho a la manifestación contra las leyes ‘anti-piquetes’ K y de la “opo” y de la ‘corpo’. Pitrola es atacado porque a las 23:15 horas, cuando se votó, no sumó un tercer voto en contra que no hubiera cambiado nada. Pitrola volvió al recinto a participar de la sesión especial.
El kirchnerismo ataca a Pitrola para disimular el carácter antiobrero de la ley de ‘blanqueo’, copiada de los ajustes europeos.
Primero. La ley es un subsidio de la Anses a los empresarios, igual que la mismísima ley de Menem, que jamás blanqueó ni sumó un puesto de trabajo. Pierden los jubilados y su movilidad jubilatoria. Aun peor, la ley es un incentivo al despido de los viejos trabajadores por nuevos con menos cargas patronales.
Segundo. El macrismo, Unen y el massismo votaron la ley K, precisamente porque responde a la agenda del gran capital, como ocurrió antes con la indemnización a Repsol y la rebaja de impuestos a los sojeros del biodiesel.
Los K más antiobreros son los que posan de ‘nacionales y populares’.