Los lores británicos absolvieron a Pinochet de 2.997 crímenes
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La movilización democrática y popular que impuso la detención del asesino Pinochet es demasiado extendida, demasiado profunda, está demasiado viva, como para que el genocida chileno pueda ser liberado de la noche a la mañana.
Para que el asesino pueda ser liberado —como exigen el Vaticano y la Casa Blanca, además del gobierno chileno, el menemismo y la derecha británica— deberá mediar todavía una etapa de vaciamiento político del juicio y de desmoralización de la movilización popular. Los ‘demócratas’ conocen de sobra esta tarea. Así actuaron en la Argentina: primero dictaron la Obediencia Debida, para liberar del ‘calvario jurídico’ a la inmensa mayoría del cuerpo represivo; después dictaron el Punto Final, para ‘cerrar’ las causas. Y, finalmente, dictaron el Indulto, para liberar a todos los genocidas.
Esta tarea ‘democrática’ de vaciamiento judicial y de desmoralización política de la movilización se inició, en el caso de Pinochet, con el fallo que dictaron los lores británicos la semana pasada. Como afirma el pro-pinochetista La Nación (26/3), “la sentencia que los lores han dictado (...) le fija un severo límite a la justicia española, que sólo podrá juzgarlo por hechos posteriores a 1988, con lo cual Pinochet quedaría a cubierto de las acusaciones por genocidio, tortura y terrorismo —y por la desaparición de 3.000 personas— que se le formulan en las 32 causas abiertas (...) De ser extraditado, Pinochet sólo podría ser enjuiciado por tres delitos cuya gravedad parece, prima facie, mucho menor”
Para justificar la devaluación de los cargos, los lores argumentaron que recién en ese año fue ratificada por Gran Bretaña la Convención (Internacional) contra la Tortura. Se trata de una argucia, pues Pinochet no sólo está acusado de torturas. Con todo, sirve para dejar en claro que, para los lores, la tortura fue legal hasta 1988... lo que no deja de ser, también, una autoabsolución para los crímenes de la clase dirigente británica.
Negro sobre blanco, los lores británicos absolvieron a Pinochet de 2.997 crímenes. ¡Y esto es lo que el aliancista Storani califica como “un fallo salomónico”!
Para acentuar la tarea de demolición política, que necesariamente debe ser larga, los lores “concedieron a Pinochet el derecho de apelar la resolución (de extradición), que puede derivar en un largo proceso en los tribunales y llevaría años” (Clarín, 30/3).
Clinton, el Papa, la Thatcher y Menem pueden dormir en paz: los lores británicos han dado el primer paso en el camino de la liberación del asesino Pinochet. No casualmente, La Nación (26/3) califica el fallo como “la bisagra de la historia”.